sábado. 20.04.2024

A menos de 15 días de las elecciones, Román San Emeterio (Santander, 1970), responsable de la campaña nacional de UPyD y cabeza de lista del partido por Cantabria al Congreso de los Diputados, reconoce los errores cometidos por su partido a nivel interno, a lo que se une un ataque desde el exterior para tratar de suprimir un “partido incómodo”, como él mismo se define. Son elecciones de cambio, aunque el candidato cree que no va a llegar desde los nuevos partidos, que ya han empezado a generar insatisfacción.

Muchos líderes políticos hablan de las “elecciones del cambio”. ¿Es así?

También hablábamos de esto en el mes de mayo, y ya hemos visto en España el cambio que ha supuesto la irrupción de dos alternativas en las que realmente solo había un partido nuevo, porque Ciudadanos es más antiguo incluso que UPyD. Ese cambio que se prometía en mayo se tradujo, por ejemplo, en perpetuar al gobierno socialista en Andalucía, y al PP en Madrid.

Albert Rivera, que lleva varios años como diputado autonómico y a tres metros de la corrupción de los Puyol y de todos los movimientos y desvío de fondos públicos para la secesión, no ha hecho nada de calado. Sí ha tenido una actitud reivindicativa y mediática, pero ninguna medida de fondo. Eso me preocupa.

Con respecto a Podemos, que sí podría suponer un cambio, lo que se ha visto son titubeos, como ha ocurrido con Manuela Carmena. Se está generando insatisfacción, incluso dentro de las filas de su propio partido. Creo que están adaptando demasiado su discurso a lo que creen que la gente quiere oír, y tampoco están representando un cambio real. Si lo dan, será engañando. Lo que veo en Podemos es una política un poco antigua, poco reaccionaria y hasta clasista.

Ojalá en España seamos capaces de cambiar lo que hay que cambiar, pero no tengo muchas garantías de éxito. Por eso creo que es necesario un partido como UPyD, porque ponemos sobre la mesa temas sin pedir permiso. Quizá eso es lo que nos hace incómodos para una parte de los poderes públicos de este país.

¿Cree que los nuevos partidos le han quitado parte de su espacio electoral?

Claro, hay muchos votantes de UPyD que en mayo decidieron no hacerlo. Pero también sé que hay muchos que ahora mismo se están replanteando su voto. Uno de los factores más interesantes de esta campaña es la volatilidad electoral. La decisión del voto se toma cada vez más tarde. El demérito de otros puede venirnos bien para recuperar votantes que perdimos.

La lectura que hace UPyD de lo ocurrido es que se produjeron ataques tremendos desde el exterior para que un partido incómodo dejara de molestar a quienes manejaban todo el poder, a lo que se añaden problemas internos de organización que hemos cometido. Todo ello hace que nos demos un batacazo en mayo, pero hemos reaccionado bien. El repunte en las encuestas así lo demuestra, y ahora estamos incluso mejor posicionados que hace ocho años.

El voto es un préstamo, y hay que merecerlo. Puede parecer más o menos injusta la razón por la que un ciudadano no confía, pero es su decisión y su derecho, y nuestra obligación es trabajar para mejorar lo que no ha gustado.

Lo que se nos critica son los líos y cómo nos hemos desorganizado. Una vez resuelto eso la gente se queda con ese poso de utilidad, y creo que en esta campaña nuestra incidencia está en recordar lo útiles que somos. Si esto fuera un test, UPyD sería la respuesta correcta a muchas de las preguntas.

¿La reacción interna de UPyD se ha trasladado a la ciudadanía?

Lo que hemos notado es que ha sido muy bien recibida tanto por los medios de comunicación como por la gente con la que hablamos. Es cierto que nuestro candidato es menos conocido como político, pero cuando se menciona que es el abogado que ha sentado en el banquillo a los responsables de Bankia, de las tarjetas black, que hemos puesto las querellas en Cataluña sin estar ni siquiera en el Parlament, eso cambia. Esa regeneración en la estructura del partido está teniendo resultado en las encuestas, y vamos a dar la batalla en el Parlamento nacional durante muchos años.

¿Qué espera de estas elecciones?

El objetivo principal es poder seguir haciendo el trabajo con los votos y la fuerza que nos den los ciudadanos. Parece muy difícil que tengamos los mismos resultados que hace cuatro años, pero en la primera convocatoria a la que nos presentamos tuvimos más de 300.000 votos, logramos representación y pudimos sacar adelante el trabajo.

Tenemos un partido serio y comprometido con nuestros planteamientos y con lo que decimos. Nosotros hacemos lo que decimos y decimos lo que hacemos. No es una virtud política que abunde.

¿Qué necesita Cantabria de forma más urgente?

Lo primero en lo que hay que actuar en nuestro país es en el empleo y en dar socorro a los que esta crisis ha dejado en la cuneta. Y eso también se aplica a Cantabria. Pensar que el futuro de la región puede desligarse del futuro de España no es muy sensato.

Hay que prestar especial atención a los niños. UPyD tiene una propuesta muy avanzada contra la pobreza, pero dirigida a los niños, no a las familias. Los beneficios que eso da a la sociedad ya están cuantificados, y el hecho de prolongarla en el tiempo, hasta la mayoría de edad, genera una riqueza al país enorme, acaba con la desigualdad y no es tan cara.

Es necesario incentivar la actividad económica de emprendedores, reformar completamente la educación en España, asumir que son procesos que duran años, e invertir mejor el dinero. Por eso defendemos que la educación sea una competencia legislativa nacional, al igual que sanidad y justicia, porque al final creamos un país tan desigual que nos produce un problema. Necesitamos una justicia independiente y ágil, y para eso debe unificarse. No puede ser que incluso existan en España sistemas de archivo diferentes.

Por otro lado, es necesaria una inversión en I+D+i mucho más importante de la que se hace. Nuestro objetivo es llegar al estándar europeo del 4%. Y, por supuesto, acabar con la desigualdad. Todo esto le afecta a Cantabria como a cualquier otra comunidad, pero tener como vecina a una comunidad autónoma sobrefinanciada (País Vasco) genera diferencias y falta de oportunidades.

¿Qué cree que puede decidir el voto en estas elecciones?

Creo que van a estar marcadas por el resultado de las elecciones catalanas porque un resultado que parecía que iba a ser apaciguador al final ha servido a los que querían acabar con la democracia española para seguir adelante.

Los independentistas han tomado como rehén al Parlamento y han decidido que suspenden la autonomía de facto. Pensamos que el Estado debería actuar, aunque mucho antes. No es normal que el Gobierno de Cataluña financie con dinero público algo que se llama Delegación para la Transición Nacional, embajadas extranjeras o un sistema educativo que al final lo que hace es separar a la gente.

También va a afectar al voto el terrorismo internacional. La postura de los partidos ante los recientes atentados es determinante, y parte de la decepción con Podemos puede estar relacionada con esto, con la tibieza en sus planteamientos y no querer firmar un pacto antiyihadista. Los demás partidos se están poniendo un poco de perfil, veo muchas declaraciones y poca convicción. Los españoles estamos hartos de que nos tomen el pelo.

Asimismo, van a influir mucho las campañas multimillonarias de publicidad y promoción de ciertos candidatos en ciertas cadenas de televisión. Da igual que UPyD recuerde todo el esfuerzo que ha hecho si de repente nadie le da un altavoz para contarlo. Una de mis iniciativas como responsable de campaña nacional es organizar un equipo para reaccionar ante todas estas omisiones de voz. Nos hemos reunido con la prensa extranjera para denunciar lo que ocurre en España, donde los medios están acallando a varios partidos con millones de votos detrás que están siendo totalmente maltratados.

“Los españoles estamos hartos de que nos tomen el pelo”
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