martes. 23.04.2024

Un joven de 22 años hincha del Racing de Santander es, por ahora, el único detenido por los "disturbios" del pasado sábado entre "radicales" del club verdiblanco y del Málaga, aunque la Policía Nacional sigue revisando las imágenes de los sucesos y se prevé que "en unos días" haya más. Un aficionado de club malacitano resultó herido.

Así lo ha revelado este lunes la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, en una rueda de prensa junto a la jefa superior de la Policía Nacional en Cantabria, María del Carmen Martínez, y el jefe regional de Operaciones del Cuerpo, Miguel Ángel Ramos, tras reunirse con miembros de la directiva del Racing para hablar de lo ocurrido y tomar "algún tipo de determinación" para que no se vuelvan a producir estos incidentes, que también se dieron hace menos de un mes con hinchas del Oviedo. "Esto no puede ser una batalla campal cada 15 días", ha dicho.

Según ha explicado Quiñones, el enfrentamiento se produjo el sábado por la mañana, unas horas antes del partido en El Sardinero -que era a las 16.15 horas-, cuando "20 ó 30" hinchas del Racing "de una peña concreta" acudieron a la zona de Piquío, en Santander, donde estaban desayunando aficionados del Málaga, iniciándose así los "disturbios" entre los "radicales" de uno y otro club.

Quiñones, que al igual que ya hizo el sábado ha vuelto a condenar este lunes estos altercados, ha desmentido algunas informaciones publicadas en relación al suceso, ha aclarado algunos detalles de la nota de prensa emitida el sábado desde la Delegación del Gobierno y ha defendido el operativo policial establecido para un partido que -ha recordado- no estaba declarado de alto riesgo ya que no se habían registrado "incidentes previos" entre ambas aficiones en otras ocasiones.

Así, por ejemplo, ha asegurado que es "absolutamente falso" que los aficionados del Málaga se desplazaran a Santander en autobuses o que llegaran a la capital cántabra la víspera y se quedaran en hoteles y explicado que lo hicieron en vehículos privados y el mismo día del partido.

De hecho, el jefe de Operaciones ha explicado que se había observado que "radicales" del Málaga habían adquirido entradas para el partido en Santander "fuera de los canales habituales". También se sabía que para desplazarse, en lugar de autobuses -como es lo habitual-, habían elegido vehículos particular que no tenían como titular a los propios radicales que iban al partido, sino de alquiler, algo con lo que creen que se pretendía "intentaban evitar la supervisión".

Tras conocer estos detalles, Quiñones y el jefe regional de Operaciones de la Policía han explicado que "desde primeras horas de la mañana" se realizaron controles preventivos en los accesos a la ciudad para "detectar" estos vehículos y poder así "acompañar" a esta afición para que todo se desarrollara con normalidad. Han explicado que, cuando se estaban realizando estos controles, se observó que algunos ultras del Racing pertenecientes a una peña verdiblanca se estaban desplazando de forma "dispersa" hasta Piquío, donde se encontraban desayunando en una terraza aficionados del Racing.

Dado que desde la Policía Nacional saben que es habitual que entre radicales de las distintas hinchadas hay contactos entre ellos, ese desplazamiento les hizo "inferir" que, a la vista de ese desplazamiento, podían haber quedado "para pegarse" -una quedada que se produjo "en ese momento", no previamente, según ha aclarado Quiñones-.

A la vista de este desplazamiento, se levantaron los controles y los agentes se dirigieron a Piquío, donde llegaron "rápido".

Quiñones ha asegurado que el enfrentamiento entre estos radicales de uno y otro club duró en torno a un minuto debido a la llegada de los agentes, que dispersaron a los aficionados.

En ese momento, no hubo ninguna detención, que sí se produjo unas horas después, cuando ya se habían visionado algunas imágenes de lo ocurrido. De hecho, la única detención por el momento se produjo cuando el hincha verdiblanco intentaba acceder al estadio.

Tanto Quiñones como el jefe regional de Operaciones de la Policía Nacional han asegurado que tras el enfrentamiento de Piquío no se produjo "ningún incidente" más y la jornada futbolística se desarrolló luego de forma "normal". Sí que se intensificaron los controles de acceso a El Sardinero, lo que hizo que algunos aficionados verdiblancos no pudieran estar a tiempo para el inicio del partido.

Los aficionados del Málaga fueron "plenamente identificados", fueron colocados en una zona de tribuna sur para presenciar el partido y la vigilancia sobre ellos se mantuvo durante la salida del estadio y de la ciudad.

Quiñones ha asegurado que la Policía Nacional "hizo su trabajo y lo hizo muy bien", con un operativo en el que participaron "casi 100 agentes". Además, ha expresado su "rechazo absoluto" a quienes en lugar de condenar los sucesos y a quienes participan en este tipo de enfrentamientos violentos, "siempre ponen la pelota en el otro tejado" y se quejan del dispositivo policial.

REUNIÓN CON DIRECTIVOS DEL RACING

Por otra parte, y en relación a la reunión mantenida con miembros de la directiva racinguista, Quiñones ha explicado que se ha pedido al club verdiblanco que no deje acceder al estadio a aquellos aficionados que tengan sentencia firme por actos violentos.

Quiñones ha señalado que esta tarde hay prevista reunión de la Junta Directiva del Racing y creen que, de ella, podrían salir "diferentes iniciativas".

Está previsto que se mantengan en los próximos partidos los controles "exhaustivos" porque "a más controles, más seguridad", ha afirmado Quiñones.

El próximo partido que disputará el Racing en El Sardinero será el 12 de octubre, a las 21:00 horas, contra el Zaragoza, un encuentro que sí ha sido declarado ya de alto riesgo.

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