sábado. 20.04.2024

El Covid echó a correr y paró a los atletas. Lo hacía por la calle uno de cada ciudad ganando día tras día ventaja sobre sus perseguidores, y todavía no ha encontrado la meta. Su salida de tacos el 14 de marzo fue también el pistolezado de la carrera más larga para los atletas cántabros. Una que, por primera vez, se jugaba desde casa y en la que no eran las piernas las que debían ser más rápidas y fuertes, sino la cabeza. 

La pandemia sumió al deporte en un trance del que quedan sus consecuencias. Se habló de la suspensión de la Eurocopa en fútbol, de la NBA en baloncesto, de Wimbledon en tenis, se habló de las pérdidas de las mayores industrias del deporte. Y el atletismo habló de las suyas propias. La Real Federación Española de Atletismo (RFEA) detallaba una caída de ingresos del atletismo español para 2020 de un 35%. Se suspendieron el Campeonato del Mundo de Pista Cubierta y el Europeo al Aire Libre. El atletismo sufrió a pequeña y gran escala y los atletas lo sintieron en primera persona.

La condición física, la salud mental y la motivación son los compañeros imprescindibles que este año también han sufrido los estragos del virus. “La motivación es el principal motor de entrenamiento y eso es muy difícil de conseguir porque no hay competiciones”, afirma Fernando Sainz, campeón de España de milla en ruta 2019 y medallista en varias ocasiones de Cross por relevos como integrante del Piélagos. “Al nivel que competimos te tienes que desplazar fuera de Cantabria y por el covid y mi trabajo, que soy sanitario, no me merece la pena asumir esos riegos. No he alcanzado un estado de forma anterior a la pandemia principalmente por la motivación”, reconoce. Algo similar a lo que relata su hermano Iván, también medallista de Cross por relevos en varias ocasiones: “Me costó mucho encontrar las ganas para retomar los entrenamientos pero ahora vuelvo a encontrarme competitivo”. 

Irene Pelayo, que actualmente se encuentra a menos de un minuto de la mínima olímpica de maratón, tuvo que posponer la preparación de cara a su objetivo, la mínima para Tokio 2021. “He tenido que volver a entrenar casi desde cero, realizando una planificación más larga y progresiva. A pesar de todas las circunstancias adversas he estado en las dos maratones que he disputado por debajo de la mínima hasta los últimos kilómetros, no pudiendo conseguirla por problemas físicos”, afirma Irene, que no se olvida de la ayuda de su grupo y su entrenador, Carlos Díez, cuando la pandemia ponía las cosas difíciles, quien “me ha apoyado durante estas maratones y día tras día me acompañaba en una bicicleta”, recuerda.

"En algunos momentos pensé en retirarme, pero al final el atletismo es una parte esencial de mi vida”

La pandemia también ha hecho replantearse la vida a muchos atletas que, como Valvanuz Cañizo, atleta internacional y medallista en Campeonatos de España en pentatlón y heptatlón, han sufrido cambios importantes. “El tiempo que pasamos en casa me hizo reflexionar sobre mi futuro deportivo, personal y laboral y decidí volver a mi lugar de residencia. Con todo lo que conlleva un cambio estoy volviendo a esa parte de atleta que se perdió con el Covid”, afirma. Y es que durante el confinamiento, reconoce, “te entran las dudas, te preguntas si merece la pena o si todo lo invertido dará sus frutos. En algunos momentos pensé en retirarme, pero al final el atletismo es una parte esencial de mi vida”. 

La pandemia disparó la práctica deportiva en el hogar, pero faltaban los medios. Algunos como Irene contaron con ayuda -la empresa donde trabaja, Pretium Polanco, le proporcionó material deportivo- para adaptar sus entrenamientos a las cuatro paredes de su casa. Para Valvanuz las dos primeras semanas de confinamiento fueron como un descanso activo, pero reconoce que “a medida que pasaban los meses se empezó a hacer duro”. “Veías que la condición física empeoraba y no tenías manera de recuperarlo. Así que tiramos de ingenio y empezamos a construir material casero y a adaptar las sesiones al espacio”, afirma. 

Sin embargo, a los hermanos Sainz la cuarentena les sirvió de desconexión. A Iván le pilló después de ganar la plata en el campeonato de España de relevo mixto en Cross –junto a su hermano- y de ser finalista en los 1.500 del Campeonato de España Indoor, y su periodo en casa poco se diferenció del de cualquier ciudadano. En un piso y sin posibilidad de salir, cambió el mediofondo en pista por el maratón de series y películas. “Estaba muy en forma con el objetivo de correr el campeonato de España de milla y se canceló, así que sin objetivos en mente lo último que me pedía el cuerpo era entrenar”, reconoce. “La experiencia ya de estar muchos años te da serenidad. Hasta justo dos semanas antes del confinamiento hice uno de los mejores entrenamientos de mi vida, entonces estaba tranquilo pensando en la vuelta. No le daba más vueltas”, cuenta Fernando.

“Las competiciones de las que vivimos los mediofondistas son las millas o las carreras por las que te pagan un fijo, y no hay ni una"

La crisis del coronavirus no solo afecta a los atletas en los aspectos deportivos, también lo está haciendo en las posibilidades de obtención de recursos económicos. Para atletas como los hermanos Sainz e Irene, que han seguido contando con el respaldo económico de su club, la principal caída de sus ingresos deportivos viene de la ausencia de competiciones. “Las competiciones de las que vivimos los mediofondistas son las millas o las carreras por las que te pagan un fijo, y no hay ni una, todo lo que se puede competir es pista y ahí la remuneración económica es cero. Ahora mismo soy el actual campeón de España de milla y me llaman para ellas con un caché bastante alto y eso se ha quedado a cero. Al final un Campeonato de España es para satisfacción personal, pero económicamente no sacas nada”, afirma Fernando, que justo meses antes del confinamiento abrió su clínica y reconoce que “si económicamente solo me dedicase al atletismo me hundiría”. Iván también afirma haber “notado mucho económicamente” la ausencia de competiciones. “Para mí eran la mayor fuente de ingresos que me aportaba el atletismo, pasando de poder cobrar en lo que restaba de año en 15-20 competiciones a no poder competir una”, comenta. 

Aunque reconocen que ser mediofondista te da esa fuente de ingresos extra, no todas las pruebas del atletismo tienen las mismas posibilidades de remuneración. Es el caso de Valvanuz, atleta de combinadas, para la que una parte de las ayudas del atletismo son de pequeñas empresas que, en muchos casos, han tenido que cerrar sus comercios, además, de lo que pudiera ganar en las competiciones canceladas y, por supuesto, recalca, “la ayuda de nuestros familiares, ya que en algunos casos sería imposible sin ellos”. Pero deja claro que se trata de una “pequeña fuente de ingresos”, pues “nos encontramos ante un deporte del que es muy difícil vivir, por lo que debemos compaginarlo con trabajo y estudios”.

Si el 2020 estuvo marcado por la llegada del virus, este 2021 tiene el sello de las vacunas. Ahora pensar en futuro es un poco más claro, y, como todo atleta, ellos tienen sus propios objetivos. 

“El pasado año tuve que renunciar a el campeonato de España de milla, uno de los que más me gusta, y aunque cada año me cuesta más mantener la motivación, mis objetivos son los mismos, llegar en forma al campeonato de España de milla e intentar conseguir una medalla, verme competitivo en los 1.500 metros en pista y disputar la medalla de oro del relevo mixto de Cross como llevamos haciendo el equipo del Piélagos los últimos 4 años”, afirma Iván. Tampoco han cambiado en gran medida para Irene: “Voy a seguir preparando distancias largas, que es lo que me viene bien y me gusta”, reconoce. Para Valvanuz, sumida en los cambios personales, lo primero es "alcanzar una rápida adaptación y lograr el estado de forma anterior”.

La carrera más larga para los atletas cántabros
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