jueves. 25.04.2024

La sede del Colegio de Médicos ha acogido la presentación del libro 'Vivir y morir en Castro Urdiales', del doctor José Hernández Úrculo, que relata y rinde homenaje a los médicos rurales y concretamente a los que desarrollaron su labor en la villa castreña entre 1830 y 1930.

En la presentación, celebrada el miércoles y a la que asistió, entre otros, la consejera de Sanidad María Luisa Real, el autor explicó que la obra se concibe como un reconocimiento a la, a su juicio, "ingrata, poco considerada y reconocida labor de los médicos rurales en general y en concreto a los profesionales que ejercieron en el distrito castreño en esta centuria".

Para Hernández Úrculo, esta época descrita estuvo plagada de cambios profundos tanto legislativos como sociales que vivieron los profesionales.

El autor mediante un extenso análisis y exhaustiva investigación de varios años, describe el día a día de la ingente y abnegada labor de los médicos castreños. "Luchando con riesgo de sus vidas las 24 al día todos los días del año, contra las epidemias que afectaron a la villa marinera, que, por ser un importante puerto de mar en esos años, corrió más peligro de contagios que otras ciudades", subrayó.

Para el Hernández Úrculo, Castro Urdiales muestra un variado mosaico demográfico con dos grupos sociales muy importantes como fueron los marineros y los mineros.

"Castro Urdiales como puerto de mar importante que fue en esa época, los marineros constituyeron un grupo poblacional más importante en la villa hasta finales de siglo XIX, pero en las últimas dos décadas de este siglo decimonónico, adquirieron gran relevancia demográfica los mineros, ya que en las pedanías castreñas de Mioño y Ontón estaban las explotaciones de mineral de hierro en pleno auge", afirmó.

Asimismo, el autor señaló que este sector minero de la población, debido a las circunstancias de su trabajo penoso, mala alimentación, vivían hacinados en viviendas estrechas y sin apenas ventilación, y fue el sector más castigado en cuanto a la salud se refiere, (sin contar que en las labores de transporte de mineral participaban mujeres y niños) y por tanto las epidemias que azotaron Castro Urdiales encontraron un buen caldo de cultivo en ellos.

Un ejemplo de ello, según recalcó el autor de la obra, fue la epidemia de gripe de 1918 en la que se vio afectada más del cuarenta por ciento de los pobladores de los barrios mineros de Setares, Ontón y Otañes.

"A eso hay que añadir los accidentes laborales que fueron numerosos. La compañía minera de Setares construyó un hospital minero a finales de siglo XIX, para atender a los mineros enfermos y así paliar en parte la precaria salud de los obreros de la mina", añadió.

También en la obra se recogen también las versiones oficiales, las del pueblo llano, las de la prensa de la época, en fin, una visión poliédrica del ejercicio de médico en esos años con todos sus matices.

La presentación contó con la presencia de una amplia representación de profesionales de Cantabria y tuvo como padrino al catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Cantabria (UC), Fernando Salmón, que fue el encargado de realizar la presentación oficial, según ha informado en un comunicado el Gobierno regional.

En el acto, además de la consejera, estuvieron presentes el propio autor; el presidente del Colegio de Médicos, Javier Hernández de Sande; el director gerente del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV), Julio Pascual, así como una amplia representación de médicos de Cantabria.

Presentado el libro de Hernández Úrculo que homenajea a los médicos rurales
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