sábado. 20.04.2024

Olivares, escritora nacida en Santander y conocida como la ‘Anchoíta del Cantábrico’ presenta su nuevo libro ‘Alfonso, el héroe de la lucha interminable’. Un autobiografía autorizada, publicada en noviembre de 2016, en la que narra la vida de un niño diagnosticado con cáncer a la temprana edad de 12 años. El relato es una loa a cómo vivió la enfermedad con entereza y positivismo, algo que trasladó a todos aquellos que le conocieron.

Olivares, nacida el 1 de diciembre de 1971 es oriunda de Cantabria, sin embargo, desde 1994 vive en Madrid. Allí, en un barrio cercano a su vivienda, una familia luchaba con ahínco contra la adversidad, no de una enfermedad, sino de dos.

La escritora, autora de “9 estrellas: la noche que soñé contigo” (firmado con el pseudónimo 9enélope 6arlos, 1998) y “Siri Ocra y el mundo de lo absurdo” (2014), al conocer por programas televisivos como “El Gran Debate” de Tele5 o “El Programa de Patricia” de Antena 3 la historia de Alfonso, decidió contactar a este combatiente del cáncer. Cambió su vida para siempre al ser tocada por esta historia.

El protagonista no podría cumplir su sueño de contar su experiencia, pero sus padres, María Díaz Cañadas y Dionisio García-Gil Cuevas, pidieron a la autora cántabra que lo escribiese. Alfonso quería que se titulase “La historia interminable”, porque esa historia, SU historia, aquella que cuando parecía que ya había terminado y se reducía a revisiones, se avivaba cuando menos lo esperaba y prolongaba un relato ya de por sí duro.

Cuando parecía que ya había terminado y se reducía a revisiones, se avivaba cuando menos lo esperaba y prolongaba un relato ya de por sí duro

En una de las apariciones mediáticas del joven, Miguel Ángel Revilla, presidente del Gobierno de Cantabria, sorprendido de la valentía de Alfonso, supo de ese deseo de contar en papel su historia, y se ofreció para escribir el prólogo.
En total, 159 páginas, editadas por la Asociación de Escritores de Madrid (AEM), con un coste de 15 euros, para descubrir a un niño normal que se convirtió en un héroe de la vida.
 

Miguel Ángel Revilla, sorprendido de la valentía de Alfonso, se ofreció para escribir el prólogo

Alfonso tuvo un sarcoma sinovial monofásico diagnosticado cuando aún no cumplía los 13 años. Su  madre se quedaba en casa para cuidar a su hermana mayor, Mónica (Moni para todos), que tiene síndrome Artogriposis Múltiple Congénita y microcefalia (es cómo un bebé, no se mueve, ni habla), su padre trabajaba como tapicero en un barrio madrileño. A la dura prueba de la discapacidad de Moni, a la que no daban ni 24 horas de vida cuando nació, hay que añadirle la sentencia del cáncer. Un tumor que se reveló cuando un joven Alfonso jugaba un partido de fútbol en la calle y recibió un balonazo en la pierna izquierda.

Se amorató la zona, le dolía hasta llegar a las lágrimas de sufrimiento. En tres meses, con tres visitas a urgencias y otras muchas al pediatra, varias radiografías y diagnósticos de “un golpe normal”, llegó el fatídico dictamen. De la planta de traumatología en el Hospital Gregorio Marañón le trasladaban al piso de oncología.

Comenzaba un rosario de quimioterapia, operaciones para ponerle un Port-a Carth (vía central la clavícula para determinados tratamientos) y quitarle el tumor, entre otras. La entereza de Alfonso al saber qué tenía y cómo vivió los periodos de recuperación así como las diferentes recaídas con metástasis en los pulmones se salía de lo normal. Era extraordinario y los medios querían hacerse eco de tal fortaleza. La familia, además, necesitaba ayuda económica para subsistir y mantener los cuidados de ambos niños.

Hasta los 23 años duró la batalla de este héroe, que afirmaba que “mi hermana me necesita” para seguir con su sonrisa sempiterna y su valentía ante la enfermedad. Y hasta hoy, desde la tumba, o donde quiera que esté (su madre cree que está junto a ella, acompañándoles), ayuda a Moni, porque los beneficios de su trágica historia, son para ella. Amor fraternal de un valiente.

“Mi hermana me necesita”
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