viernes. 29.03.2024

El catedrático Pedro Saura, autor de la recreación de las pinturas y grabados de la 'Neocueva' de Altamira junto a Matilde Múzquiz, sostiene que los bisontes del 'Techo de Polícromos' de la cavidad original fueron obra "de la misma persona", a la que considera "un genio". Así lo ha afirmado durante la conferencia que ha impartido en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira con motivo del Día del Arte Rupestre, en la que ha desvelado algunos secretos que encierra esta cavidad.

Saura y Múzquiz estudiaron y analizaron en profundidad las figuras de la cueva desde su formación como artistas plásticos y conocimiento del arte Paleolítico de Altamira, consiguiendo la Neocueva, la que, según el Museo, es "una de las recreaciones más aplaudidas de cavidades con arte rupestre". Para su realización se ajustaron en todo momento a unos protocolos de trabajo con un alto contenido científico y siguieron los mismos procesos de ejecución, los mismos elementos, útiles y pigmentos que en su día utilizaron sus "colegas" paleolíticos, como así los denomina Saura. "Nosotros no quisimos hacer algo para que visualmente se pareciera a Altamira, quisimos hacer Altamira", ha subrayado Saura en la conferencia.

En un comunicado, el Museo explica que, para llevar a cabo el estudio de los procesos y orden de trabajo de las personas que realizaron el Techo de los Policromos, Saura y Múzquiz se metieron en la piel de los artistas, lo analizaron desde el punto de vista de éstos, lo que les permitió llegar a conclusiones objetivas de cómo fueron realizadas las pinturas, dibujos y grabados, siguiendo esos mismos pasos en la ejecución de la réplica.

Para Saura, fueron varias las manos que pintaron y grabaron la cueva a lo largo de los 20.000 años de hábitat de la misma, pero todos tuvieron que ser, según manifestó, "personas únicas, no era una actividad de grupo". "Eran personajes relevantes, el artista de cada grupo, con dotes especiales que fueron reconocidas por la comunidad. Eran 'profesionales' y utilizaban materiales especiales con un conocimiento profesional", ha explicado. En lo referente a las pinturas más reconocidas de Altamira, las famosas figuras polícromas, Saura sostiene que la autoría es de una única persona.

"Cualquier dibujante sabe que cuando hacemos un dibujo a línea, con oprimir más o menos el lápiz se crea sensación de volumen. La persona que dibujó los bisontes siempre oprimió y aflojó el carbón en las mismas partes anatómicas de la figura. La dirección del trazo siempre sigue la misma trayectoria en todos los casos, los trazos siempre acarician el pelaje, no hay ni uno sólo de ellos realizado a contrapelo de las imágenes. Todo ello, lo identifica como un único autor, la firma de una única persona", ha expuesto.

Además, ha apuntado que el pintor entró en el espacio que hoy muestra a los bisontes, con un propósito concreto: el de pintar bisontes con un tamaño determinado. Para ello, se adaptó a las grietas, a los volúmenes y a las distintas superficies del techo donde encajó las figuras de 1,80 m o 1,70 m de tamaño.

VISITA GUIADA

Aparte de la conferencia, los actos en torno al Día Europeo del Arte Rupestre concluyeron en el Museo de Altamira con una visita guiada por la comisaria de la muestra y subdirectora del Museo, Carmen de las Heras, a la exposición 'El arte de reproducir el arte. Pared, Pigmento, Pixel', que finaliza el próximo 13 de octubre.

Esta exposición muestra la importancia de las reproducciones de las cuevas con arte rupestre como instrumento con el que se ofrece "información científica de forma accesible, física e intelectualmente, para todos. Sin olvidar que es un recurso atractivo, motivador y estimulante, incluso emocionante", ha explicado la comisaria.

Los bisontes de la Cueva de Altamira son obra de un único autor, según el autor de la...
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