martes. 19.03.2024

La de Sofía Ellar y Cantabria es una de esas historias de amor que se escriben a fuego lento. Tanto es así que después de esta cuarentena vuelve a los escenarios en el Palacio de Festivales el próximo 19 de junio en un formato íntimo y reducido. En apenas tres años la cantautora ha pasado de grabar un primer álbum autoproducido a brillar con luz propia en el Wizink Center de Madrid. 

Cuando comience el concierto voy a llorar a lágrima tendida

-Este 2020 está siendo un año verdaderamente atípico, pero parece que poco a poco empezamos a ver la luz, ¿cómo te sientes al volver a los escenarios?

Tengo un revoltijo de sentimientos. Por un lado he sido muy responsable a la hora de no salir durante toda la cuarentena y la vuelta a la nueva normalidad me genera mucho respeto. Por ello volvemos con medidas responsables, con aforos pequeños. Hemos cancelado por responsabilidad algunos de los conciertos y hemos anunciado actuaciones en las que se cumple perfectamente el protocolo, son al aire libre…se puede decir que estamos blanditos y que tengo respeto por reencontrarme con un escenario. A veces me paro a pensar y me digo, ¿se me habrá olvidado ser artista? Tras esta pesadilla cuando comience el concierto voy a llorar a lágrima tendida. Se va a tratar de un momento único e irrepetible. Esta será una historia que cuando se la contemos a las futuras generaciones, no nos van a creer.

-Tu historia con Cantabria se remonta mucho en el tiempo, ¿qué sientes al tocar en Santander? ¿Qué significa para ti esta tierra?

Esta es mi tierra madre. El 80% de mis canciones están escritas aquí o hablan sobre ella. Ese verde, esa humedad, ese escuchar el viento del norte tras atravesar el cartel de Cantabria Infinita…se me pone la piel de gallina solo de pensarlo. Además, hace mucho que no tocamos en Santander. El año pasado íbamos a hacerlo en Torrelavega y una hora y media antes de la actuación cayó una tormenta eléctrica del demonio que nos hizo llevarnos un chasco tremendo. 

He tenido mucho tiempo para pensar, reflexionar y valorar si cabía más, la música y el arte

-¿Qué se van a encontrar aquellos que vayan a tu concierto en el Palacio de Festivales el viernes 19 de junio?

A una Sofía distinta, porque todos hemos cambiado. A la gente se le olvida rápido pero a mí me ha calado. He tenido mucho tiempo para pensar, reflexionar y valorar si cabía más, la música y el arte. Vengo más sincera que nunca. Empezaremos con un minuto de silencio no solo por aquellos que han estado en la primera línea de batalla, sino para que no lo olvidemos, debemos tener respeto a la situación ya que estamos aun despertando de esta pesadilla.  

-¿Cómo ha sido tu día a día durante esta cuarentena? ¿Ha sido un periodo prolífero a la hora de componer?

Escribí con Álvaro (Soler) ‘Barrer a casa’ en el principio del confinamiento cuando la gente estaba más animada a salir a los balcones. Fue una especie de fluir, una canción escrita en una noche, que terminó de romper con las barreras que podíamos tener como artistas. Él tiene su trayectoria y yo la mía, y por mucha pareja que seamos siempre guardamos respeto por nuestros terrenos. En ese momento saltamos todas las barreras  y fluyó, es una canción cantada y sentida desde el corazón y desde el alma. 

-Antes de empezar tuviste que aplazar tu gira 'De puntillas' que te iba a llevar por escenarios de todo España, ¿Cómo recibiste la noticia?

Me lo tomo con humor porque si no lo haces no puedes salir del bucle. Hay que visualizar la cuarentena como un reto para ver cómo se reinventa el mundo de la música y el ocio, que siempre de alguna manera estamos a la cola de todo. Hay que mirar el vaso medio lleno, siempre estamos ocupados girando o grabando y en este parón hemos tenido el tiempo de analizar cómo funciona la industria. Toda la gente de producción vive exclusivamente del directo y parte del motivo por el que he decidido volver a los escenarios es por hacer piña con la banda, ya que debemos remar todos juntos y cuidarnos como equipo. No solo luce el nombre y apellido de la cantante, para que esto funcione hay un gran equipo detrás.

Siempre he sido partidaria de una evolución ‘piano piano’, con sentido y congruencia

-Llegaste al mercado con un disco autoproducido, 'Seis peniques', y un año después hiciste lo propio con tu segundo trabajo, 'Nota en do', ¿qué evolución sientes que ha tenido tu música en este tiempo? ¿Crees que haber tenido tanto control sobre tus álbumes tiene parte de la culpa de su éxito?

Siempre he sido partidaria de una evolución ‘piano piano’, con sentido y congruencia. Creo que el arte no tiene fronteras ni límites y la gente muchas veces recurre a esa frase que tanto odio de que te has vendido a lo comercial. El artista vive de su creatividad y de expresarla. Hay algunos que cambian el look, se cortan el pelo y empiezan a hacer trap. Creo que es algo lícito pero yo he querido seguir con una línea de continuidad. Quien corre mucho, para pronto. Ahora estoy en una fase más latina, más bailable y menos cortavenas. He dado un pasito más allá hacia algo más comercial y he reducido un poco la intensidad, aunque el próximo single que sacaré es un baladón con un sonido evolutivo.  

-Hace muy poquitos días sacabas al mercado tu nuevo single 'Si es Roma Amor', una canción muy fresca y optimista de cara a este verano muy diferente, ¿qué has querido transmitir con ella?

En un principio era una canción más baja de tempo y que se empezó a escribir hace cuatro años. Tengo la bendita suerte de que como soy tan impaciente, subo cosas a Instagram y la gente ya se sabe trozos de las letras cuando llego al escenario. Voy soltando mini spoilers. El productor con el que trabajé en el último tema tenía una agenda imposible así que Álvaro me propuso que nos pusiéramos juntos a hacerlo. Hemos teletrabajado con parte de mi equipo y también del suyo de Alemania y tiene un sonido más evolucionado e internacional, sin dejar de ser fresco. Aprovechamos los recursos que teníamos en casa como por ejemplo un vaso con hielos que suena al principio y que grabamos tras varios intentos. Ha sido una gozada trabajar con él en la producción, porque tiene toda la paciencia del mundo e incluso ha sido cámara del videoclip que también se ha grabado en casa y que ha acabado siendo algo muy paródico. Me preguntaba qué debía hacer, si hacer un parón en la cuarentena y no sacar nada, pero siempre he sido muy intuitiva y decidimos ir a por todas. 

“Aquí en Cantabria es donde escribo el 80% de mis canciones”
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