viernes. 19.04.2024

La llegada de la primavera supone el aumento paulatino de las temperaturas. Este es el momento en el que muchos hogares comienzan a apagar la calefacción y a respirar aliviados ante una reducción de los gastos. No obstante, el aparente ahorro puede jugar en conta de la economía de las familias. Así, durante estos meses es posible que el gasto en luz y gas no solo no disminuya, sino que incluso aumente debido a diversos factores.

En muchos puntos de la península, el apagar la calefacción supone que la temperatura del hogar disminuye considerablemente. Así, aunque durante el día superamos los 15ºC, esta tendencia al alza se invierte durante la noche. Por esta razón, en la mayoría de los hogares todavía es pronto para reducir el consumo de gas. A esta circunstancia se une otro atenuante, y es que algunos días la temperatura media será increíblemente alta, lo cual obligará a encender el aparato de aire acondicionado.

Por lo tanto, estas fechas pueden ser increíblemente perjudiciales para la economía familiar. Pese a ello, se pueden tomar algunas medidas para controlar o disminuir el gasto. Por ejemplo, consultar un comparador de luz y gas, controlar los aparatos enchufados a la corriente y evitar el gasto energético pueden ayudarnos a disminuir la factura en un momento especialmente delicado para muchas familias.

CAMBIOS PARA CONSEGUIR AHORRO DE LUZ Y GAS

Como decimos, se pueden tomar varias medidas para disminuir el precio de la luz y el gas. Si bien es cierto que el invierno ha finalizado y la primavera ha irrumpido en nuestras vidas, en poco tiempo será necesario conectar el aire acondicionado. Por ello, nuestro gasto seguirá siendo el mismo o incluso aumentará en unas semanas.

1.     Compara el precio que pagas con otras compañías

Los comparadores de precio son servicios gratuitos que, mediante la introducción de una serie de datos relativos a la ubicación del domicilio, permiten acceder a un listado que compara los precios de las diferentes compañías de luz y gas.

Aunque pueda parecer algo descabellado, algunas compañías se aprovechan del desconocimiento o la comodidad de sus clientes. Así, son muchas las familias que, una vez contratado un servicio, no se informan sobre la competencia. A ello debemos añadir que durante los últimos años han irrumpido diversas compañías nuevas, lo cual ha provocado una mejora de los precios y servicios para los usuarios.

Por ello, es importante tener presente que cambiarse de compañía de luz y gas es tanto o más sencillo que cambiarse de compañía de teléfono.

2.     Bombillas de bajo consumo

Pese a las campañas nacionales que promovían el cambio de las bombillas tradicionales por las de bajo consumo, todavía son muchos los hogares que no han ejecutado el cambio en su totalidad. Algunos ejemplos son los flexos o las lámparas situadas en habitaciones poco transitadas y que, por ello, han sido olvidadas a la hora de sustituir unas bombillas por otras.

Las bombillas de bajo consumo son una inversión a largo plazo. Aunque su coste es algo mayor que el de otro tipo de bombillas, poseen una vida más amplia y disminuyen el consumo en torno a un 5%.

3.     Contrata lo que consumes

Al igual que existen tarifas obsoletas en lo que al precio se refiere, algo similar ocurre con la potencia. En términos económicos, la contratación de menos potencia implica un menor precio. Por ello, es importante que compruebes si la potencia de tu hogar es la adecuada.

Existen multitud de compañías de luz y gas en Cantabria que ofrecen diversas tarifas. Asimismo, en la actualidad es posible contratar una compañía eco, si el usuario así lo solicita.

PEQUEÑOS GESTOS DEL DÍA A DÍA

Sin embargo, elegir la mejor compañía de luz o invertir en bombillas de bajo consumo no son las únicas alternativas a la hora de ahorrar en el consumo del hogar. Existen numerosos mecanismos que podemos poner en práctica en el día a día y que pueden reducir considerablemente nuestra factura a final de mes.

1.     Uso de electrodomésticos

El uso de electrodomésticos supone un gran desembolso económico. Como consecuencia, los expertos recomiendan utilizar los aparatos electrónicos únicamente cuando los necesitemos y, una vez puestos en funcionamiento, no desperdiciar esa energía. Por ejemplo, el lavavajillas o la lavadora deben intentar llenarse al máximo. El horno, por su parte, debe abrirse lo menos posible; de ese modo, evitaremos que el calor se pierda.

2.     Evita las horas de mayor consumo

El precio de la luz aumenta durante unas horas determinadas. En este sentido, la llamada «discriminación horaria», u horas del día en el que el precio de la luz se reduce, puede utilizarse para intentar elaborar algunas de las tareas que mayor energía requieren. En este sentido, el horario comprendido entre las 22.00 y las 12.00 es el que presenta un menor precio por kW.

3.     Desenchufa lo que no uses

Aunque solemos olvidarnos, los instrumentos que están conectados a la corriente eléctrica consumen aunque no se utilicen. Por ello, los expertos recomiendan desenchufar todo utensilio que no esté en funcionamiento. De ese modo, ahorraremos tanto económica como energéticamente.

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