jueves. 28.03.2024

La Asociación de Vecinos del Barrio de San Gil, en Torrelavega, ha denunciado la "constante censura, discriminación y falta de respeto" a la que, dicen, se ven sometidos por parte de la Unión Vecinal, a la que han afeado la "modarza" que les impone.

Según señalan en un comunicado desde esta AAVV, durante "meses" han acudido a la Unión Vecinal y concluyen que este organismo, junto con el Consejo Sectorial Vecinal (CSV), es un "ente encubierto y caciquil de propaganda electoral de los partidos del equipo de gobierno de turno", PRC y PSOE en este caso, que "funciona como una dictadura dirigida con mano de hierro" por su portavoz, Manuel Ortiz Pascual, en lugar de ser un espacio plural de representatividad de los vecinos.

Entre otras cosas, denuncian que está dirigida por un número "reducido" de personas, que se reúne el primer jueves de cada mes en el Ferial de Torrelavega, de manera "meramente informativa y no participativa", ya que "no tiene ni teléfono, email, facebook, u horario de atención al público".

El Ayuntamiento anuncia una partida presupuestaria para la Unión Vecinal, que usa entonces la citada lista de peticiones, "espaciada en el tiempo, como propaganda electoral"

Una vez al año, añaden, recoge una "lista de peticiones" de los barrios. Y cada año, prosiguen, el Ayuntamiento anuncia una partida presupuestaria para la Unión Vecinal, que usa entonces la citada lista de peticiones, "espaciada en el tiempo, como propaganda electoral".

"Dependiendo de la afinidad política de las asociaciones con el equipo de gobierno de turno, las mejores obras van a parar a uno u otro barrio, iniciando un goteo que suele aumentar cuando se acercan fechas electorales", se quejan los vecinos de San Gil.

En este sentido, se señalan como "un claro ejemplo", ya que en su barrio, "tras ser ignorados durante cuatro años por dos equipos de gobierno, tres días antes de las elecciones de 2015 se inicia la construcción de un parque infantil, sacado de esta lista de peticiones y solicitado hace unos ocho años sin que nadie nos preguntara siquiera cuáles eran nuestras prioridades".

Los vecinos del barrio de San Gil denuncian "censura y mordaza" en la Unión Vecinal
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