viernes. 29.03.2024

Los testigos del siniestro del kamikaze que provocó la muerte de un joven de 34 años en la A-67 a la altura de Barreda en agosto de 2016 han considerado en el juicio que se sigue contra él que el conductor circulaba siendo "consciente de lo que hacía" y que "no tenía intención" de parar. Así lo han manifestado varios conductores que se encontraron con él de frente en la autopista aquella madrugada, así como algunos guardias civiles que se ocuparon del atestado y de su detención, que han señalado que conducía de manera "consciente" debido a la velocidad a la que iba, unos 90 kilómetros por hora, y a la distancia que recorrió, 9,5 kilómetros. Estos testigos han declarado hoy miércoles en la segunda sesión de este juicio que comenzó ayer martes en la Audiencia Provincial de Cantabria, en la que ayer declaró el kamikaze y hoy también han prestado declaración la exnovia del acusado y el amigo con el que se fue de fiesta a Bilbao la noche del accidente, cuando presentó un nivel etílico en sangre de 1,93 gramos de alcohol por litro.

El primero que se cruzó con él se lo encontró en la salida de Boo, donde el ‘kamikaze’ paró unos tres segundos antes de incorporarse en sentido contrario

Los cuatro conductores que se cruzaron con el kamikaze han coincidido en que circulaba todo el tiempo por la derecha –el carril izquierdo de la autopista–, con una conducción "correcta", en línea recta, sin "volantazos", a una velocidad constante y "aparentemente bien", salvo porque iba en dirección contraria. Asimismo, han dicho que le dieron varias ráfagas de luz y pitidos constantes de claxon pero éste hacía "caso omiso" a estas señales y, finalmente, uno de ellos presenció el accidente, que ocurrió cuando la víctima se colocó en el carril izquierdo para adelantarle. "Mi coche se movió con el impacto", ha relatado. Tal y como ha contado este último, se apartó hacia la derecha para intentar que el conductor que le iba a adelantar, que llevaba tras él varios kilómetros –la víctima–, se diera cuenta de que venía un vehículo de frente, ya que "no tenía visibilidad" porque se encontraba en una curva de derechas. Además, algunos conductores y guardias civiles han apuntado que podría haber salido de la autopista por varios puntos antes del lugar donde colisionó con la víctima. El primero que se cruzó con él se lo encontró en la salida de Boo, donde el kamikaze paró unos tres segundos antes de incorporarse en sentido contrario. Según ha explicado, cuando lo hizo ambos se apartaron circulando sobre las rayas del arcén para no colisionar. "Si se hubiera equivocado, se habría dado cuenta con las ráfagas de luz y el claxon", ha opinado.

Por su parte, el amigo que fue con él a las fiestas de Bilbao aquella noche ha manifestado que le invitó a acompañarle porque "llevaba una temporada un poco cabizbajo", aunque ha dicho que desconoce si era por problemas con su pareja. Así, ha explicado que quedaron en Boo de Piélagos y fueron en la furgoneta del acusado a Bilbao, donde éste bebió "tres o cuatro latas de cerveza" y a las tres de la mañana decidieron volver, ya que el amigo tenía que impartir una clase de surf el domingo por la mañana en Liencres. A la vuelta, el acusado vomitó y se quedó dormido todo el camino, ya que conducía su amigo. Al llegar a Boo, éste le despertó y cada uno se marchó en su vehículo con la intención de volver a verse en Liencres, donde iban a quedarse a dormir ambos, aunque al ver que el acusado tardaba le envió un mensaje y se quedó dormido tras no recibir respuesta, ha indicado. Además, el amigo ha asegurado que no le vio beber ni consumir nada más, y que antes de coger su furgoneta le dijo que "estaba bien". Por ello, la defensa ha aportado en el juicio la declaración anterior del joven al considerar que ha incurrido en varias contradicciones diciendo ahora que él no bebió "nada" o que el acusado solo bebió unas cervezas, ya que antes había manifestado que le había visto tomar "algo de cubalibre" y que habían compartido las cervezas.

La exnovia del acusado ha asegurado que él "no conducía cuando bebía"

Por su parte, la exnovia del acusado ha asegurado que él "no conducía cuando bebía" y que no le contó nada cuando fue a visitarle al hospital tras el accidente porque "no recordaba nada", tal y como ya declaró él mismo en la sesión celebrada ayer. Por otro lado, ha indicado que tuvieron una relación de 12 años y que unos diez días antes del accidente rompieron la convivencia, pero seguían teniendo contacto a diario y habían quedado aquel domingo para ir a hacer surf. Además, ha insistido en que su relación se rompió "bastante tiempo después" del suceso y que tras ocurrir el accidente ella iba a verle al hospital y a la cárcel cuando estuvo en prisión preventiva.

Tanto la Fiscalía como la familia del fallecido, que ejerce la acusación particular, solicitan la pena de 13 años de prisión para el conductor, al considerarle autor de un delito contra la seguridad vial con manifiesto desprecio por la vida de los demás en concurso ideal con un delito de homicidio. Por su parte, la defensa considera que los hechos conforman un delito contra la seguridad vial en concurso con otro de homicidio imprudente y cree que la pena debe ascender a dos años y medio de prisión y cuatro de privación del permiso de conducir. El jurado deberá emitir su veredicto el próximo lunes, 17 de junio, después de presenciar la prueba testifical, que continuará mañana jueves, y las conclusiones y los informes de las partes, este viernes, 14 de junio.

Los testigos creen que el ‘kamikaze’ que causó la muerte a un joven iba “consciente” y...
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