jueves. 28.03.2024

La Dirección General de Cultura de Cantabria ha incoado expediente para la declaración del oficio de elaboración de albarcas como Bien de Interés Cultural (BIC) Etnográfico Inmaterial.

El acuerdo de incoación del bien, publicado hoy en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC), tiene en cuenta el acuerdo adoptado por la Comisión Técnica de Patrimonio Etnográfico y Paisaje que, tras analizar la documentación aportada por la Dirección General de Cultura, ha informado favorablemente.

Considera que el oficio de albarquero o artesanía de la albarca, ligado a la artesanía de la madera en Cantabria, tuvo, en el pasado, una gran relevancia como consecuencia de la idoneidad de este tipo de calzado para transitar por los terrenos húmedos y embarrados de esta región, manteniendo aislados los pies, así como para evitar ensuciarlos en ciertas labores agropecuarias.

Igualmente tiene en cuenta que el proceso de elaboración artesanal de este calzado de madera, en su naturaleza de patrimonio cultural intangible, contribuye, con independencia de su estado de conservación testimonial, al reforzamiento de la identidad de la población de Cantabria.

Contribuye, con independencia de su estado de conservación testimonial, al reforzamiento de la identidad de la población de Cantabria.

A la vista de estos aspectos y considerando que el Estatuto de Autonomía de Cantabria establece que corresponde a la Comunidad Autónoma la defensa y protección de los valores culturales del pueblo cántabro, y que la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria tiene entre sus objetivos fundamentales defender, proteger y conservar dicho patrimonio para que las actuales y futuras generaciones de ciudadanos disfruten de una herencia ancestral que ha dado forma a la región, la Dirección General de Cultura ha incoado el citado expediente.

OFICIO

Aunque el uso de las albarcas estuvo implantado antaño en toda la región, desde hace décadas ha quedado relegado a zonas rurales y de economía ganadera, en donde se custodian todavía ciertas costumbres de la tradición.

Si bien el zueco fabricado en madera, de forma artesanal, y de una sola pieza aparece en otros países y otros lugares de la cornisa Cantábrica de la Península Ibérica, donde las condiciones del clima han favorecido su uso, ciertas tipologías de este calzado pueden considerarse propias de Cantabria, como las carmoniegas, del garbanzo o del picu entornao, consecuencia todas ellas de ciertas especificaciones en las comarcas de fabricantes de aperos y calzado de madera.

En ocasiones la fabricación de la albarca exigía estancias en el monte para talar y preparar la madera con la que confeccionarlas.

En la manufactura se emplea la madera todavía verde, siendo las más utilizadas las procedentes de abedul, alisa, haya y nogal, entre otras. Los mejores tajos son los de la parte más cercana al pie del tronco del árbol.

La complicada manufactura hace que la elaboración de la albarca sea un proceso lento. Desde la tala del árbol a la última ejecución de los remates ornamentales de las albarcas se genera un hacer artesanal en un complejo proceso productivo original.

Hoy en día aún se conserva el saber hacer albarcas en varias comarcas de Cantabria. Se trata de una actividad desarrollada por los hombres. El albarquero elabora el calzado para uso propio y el de su familia y, como complemento a su economía, comercializa el producto, generalmente bajo encargo directo.

La bibliografía etnográfica del siglo XX registró la memoria conservada entre los albarqueros de mayor edad sobre el proceso de elaboración de albarcas.

La transmisión de este saber artesano se realiza oralmente y mediante la contemplación de la práctica. No se trata de un oficio reglado, sino de una manifestación de la artesanía popular, identificada por la creatividad, que se transmite entre familiares o allegados.

El oficio de albarquero contempla tanto las labores de creación como las de mantenimiento de este calzado, principalmente con la reposición de los tres tacos o soportes inferiores, dos delanteros y uno posterior.

¿Cómo será el futuro de los albarqueros?