jueves. 28.03.2024

Entidades de la cadena agroalimentaria impulsarán un sello diferenciador de la carne y leche de Cantabria que permita al consumidor saber que los pastos cántabros son el alimento principal de las vacas y conocer el nivel de sostenibilidad de los productos, es decir sus huellas de carbono e hídrica. El proyecto persigue potenciar las cualidades nutricionales saludables de la leche y la carne que producen las vacas de Cantabria y agrupa a productores, investigadores, empresas y consumidores. Se desarrollará a partir de marzo o abril de 2017 con un presupuesto de 60.000 euros y sus resultados podrían verse en 2018. Por el momento participarán 69 ganaderías, 46 de ellas de leche y 23 de carne. Según han dicho los promotores, se trata de "ser conscientes de que estamos consumiendo lo nuestro" a través de una etiqueta local, que demuestre que el producto "es de aquí", algo que "nos beneficia a todos".

Esta iniciativa innovadora nace acogida al marco del Programa de Desarrollo Rural de Cantabria 2014-2020, financiado por el Gobierno de Cantabria, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) y por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) dentro de las líneas que marca la Asociación Europea de Innovación sobre la agricultura productiva sostenible.

En rueda de prensa, el coordinador del proyecto, denominado 'Praderas de Cantabria y alimentos saludables con beneficio ambiental', Pablo Herrero, ha explicado que el objetivo es aprovechar las cualidades de las praderas cántabras para producir leche y carne de vacuno de calidad, con este sello como diferenciador y distintivo. También este sistema de ganado tiene un bajo impacto ambiental, además de ser primordial para el mantenimiento de los recursos naturales del territorio rural de la comunidad autónoma y aporta un importante valor socioeconómico.

El proyecto desarrollará cinco indicadores de calidad que permitirán identificar con sencillez las características valiosas del alimento según cómo y dónde ha sido producido. Así, el primer indicador mide la cualidad saludable de la leche y la carne de vacuno en función de la grasa poliinsaturada que contiene (Omega 3 y el CLA). El segundo indicador mide su impacto en el cambio climático mediante el cálculo de la huella de carbono que genera en su ciclo de vida, desde la producción de la leche y la carne hasta después del consumo (cuantos kilos de CO2 produce un litro de leche o un kilo de carne). El tercer indicador mide la huella de agua en el proceso de producción de la leche y de la carne, es decir, cuánta agua se necesita para producir un litro de leche y un kilo de carne; y el cuarto, el valor socioeconómico que aporta según el territorio donde se produzca la leche y la carne. El quinto indicador agregará los anteriores y cuantificará en una etiqueta el nivel de sostenibilidad del proceso completo para que el consumidor sea consciente y pueda juzgar el nivel de cada producto.

La representante del Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA), Ana Villar, ha explicado que lo que puede ofrecer Cantabria "distinto" a otras comunidades autónomas es la leche a base de sus recursos propios, como son los pastos, que se produce gracias a los pequeños ganaderos, quienes contribuyen a mantener los trabajos tradicionales, además de fijar la población y conservar el paisaje. Villar también ha destacado que la leche producida por este sistema tiene un perfil "más sano" de ácidos grasos, con más Omega 3 y es principal fuente de CLA.

Por su parte, el investigador del CIFP La Granja de Heras, Gregorio Salcedo, ha apostado por que el consumidor pueda comprobar el "concepto diferenciador" de un litro de leche y un kilo de carne producidos con pasto. "Se trata de que lea y sepa la cantidad de CO2 y de agua necesaria para la producción" y pueda decidir.

Herrero ha señalado que el pasto es un sistema de producción de bajo coste pero dependerá de los productores y comercializadores incrementar los precios o no. En este sentido, la doctora de la Universidad de Cantabria, Ana Andrés, ha dicho que se trata de consumir productos locales "de mayor calidad" con lo que también se potencian los valores socioculturales de la comunidad autónoma. "Si eso incrementa un 0,06% el precio, lo asumimos porque es algo nuestro", ha apostado.

Mientras, el director general de Desarrollo Rural, Miguel Ángel Cuevas, ha subrayado que ha sido una "decisión política" el incluir la innovación y la investigación en el Programa de Desarrollo Rural de Cantabria 2014-2020 y la correspondiente partida económica para 2017. En 2018 se convocará otra orden de ayudas para la ejecución de los proyectos, ha avanzado. Cuevas ha incidido en la apuesta por la calidad de la Consejería, para quien la crisis del sector primario tiene como "solución más práctica" la orientada a las producciones de calidad, como las marcas o la Oficina, que se beneficiarán en los Presupuestos de Cantabria para 2017.

El proyecto agrupa a cuatro sectores. Uno, los productores, que son uno de los motores económicos más importantes de la comunidad autónoma, a través de la Unión de Ganaderos y Agricultores Montañeses (UGAM-COAG) y AgroCantabria Sociedad Cooperativa, con 1.400 y 1.600 ganaderos respectivamente. Otro sector es la investigación, representada por el CIFA, el departamento de Calidad e Innovación del CIFP La Granja, el Departamento de Ingeniería Química y Biomolecular y el Departamento de Química e Ingeniería de Procesos y Recursos de la Universidad de Cantabria. También hay representantes de empresas relacionadas con el sector como Leche El Buen Pastor y el grupo de ocho restaurantes de Deluz y Compañía, además de Ideas de Desarrollo Endógeno; y de consumidores y de la Federación de Asociaciones y de Padres y Alumnos de Cantabria.

El sector agroalimentario impulsará un sello diferenciador de la carne y leche de...
Comentarios