jueves. 25.04.2024

El pasado mes de julio se han cumplido 125 años de la inauguración de la línea ferroviaria Santander-Bilbao, que tuvo lugar oficialmente el 6 de julio de 1896, aunque harían falta aún dos años más para que el tren llegara a la estación de Concordia, en el centro de Bilbao. Para el desarrollo del proyecto, en 1894 se constituyó la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao, presidida por el empresario vizcaíno Víctor Chávarri, en la que se integraron la Sociedad del Ferrocarril de Zalla a Solares, el Ferrocarril del Cadagua y el de Santander a Solares.

Aunque este tramo era de vía ancha, finalmente el ferrocarril Santander-Bilbao se construyó como una línea de ancho de vía métrico. Además, la línea se alejó de la costa, dejando fuera de la ruta ciudades ahora tan importantes como Santoña, Laredo o Castro Urdiales. Así que en el momento mismo en que la máquina arrastraba los vagones en su viaje inaugural, arrastraba también el lastre que la aquejaría de un progresivo declive: un ancho de vía que aisló la línea del conjunto de los ferrocarriles españoles, entonces de vía ancha, y la exclusión de núcleos urbanos importantes por su demografía y su actividad económica.

Y así se ha mantenido la línea de ferrocarril Santander-Bilbao, anclada en el siglo XIX, ajena al notable trasiego humano entre Euskadi y Cantabria por motivos laborales, de estudio o de ocio e incapaz de proporcionar soluciones ágiles a las necesidades de comunicación entre Cantabria y un emplazamiento de tanta relevancia económica y demográfica como es la conurbación del Gran Bilbao.

A lo largo de sus 118,6 km de longitud, solo 40,7  están electrificados

Una conexión que dista de ser eficaz, ya que a lo largo de sus 118,6 km de longitud solo 40,7 km están electrificados (de los que 19 km son en vía doble en los extremos de la línea). Además, la velocidad máxima de la línea es de 80 km/h, que solo se puede alcanzar en el 24% del trazado, lo que hace que el servicio de viajeros se realice en unas 3 horas, efectuando 31 paradas intermedias. Mucho más de lo que se tarda en ir en vehículo privado o autobús a través de autopista.

Por ello, la ‘Plataforma en defensa del tren Santander-Bilbao’ viene protagonizando en los últimos meses numerosas quejas y promoviendo movilizaciones. Este colectivo advierte que, desde hace años, esta línea se encuentra en decadencia y la pandemia ha sido la guinda del pastel. Antes del parón mundial, la línea contaba con tres viajes diarios, en horario de mañana y tarde, pero con el parón se decidió mantener solo un viaje, el de la mañana, lo que dejaba a los usuarios en fuera de juego.

Las quejas han sido constantes desde entonces por parte de los usuarios del tren, que se unieron para formar la citada ‘Plataforma’, cuyas reivindicaciones consiguieron que Renfe reactivase otro de los viajes. Sin embargo, no han dejado de demandar que se recupere el servicio de la tarde y otras 'frecuencias prepandemia'. Para la plataforma, la ‘nueva normalidad’ no ha traído de vuelta las frecuencias habituales entre estos dos núcleos urbanos.

Había entonces dos trenes que salen de Santander a Bilbao, a las 8:00 horas y a las 14:00 horas; mientras que desde Bilbao salían otros dos a las 8:00 horas y a las 13:00 horas. Pero estos dos trayectos se quedaban cojos sin el de la tarde, que permite cierta libertad a todos quienes quieran regresar en tren de una ciudad a otra.

Muchos traslados se ven afectados porque se rompe una máquina o una tormenta hace que un árbol se caiga al suelo e invada las vías

No obstante, las críticas no van solo en la línea de la carencia de viajes, sino en la calidad de los mismos. Muchos traslados se ven afectados porque se rompe una máquina o una tormenta hace que un árbol se caiga al suelo e invada las vías, lo que hace que el viaje se detenga hasta que el contratiempo esté subsanado o incluso ha habido ocasiones en las que el ferrocarril se ha visto obligado a regresar a su punto de partida.

Si se salvan todos estos obstáculos, el viaje en tren son unas tres horas, mientras que en autobús o en coche la duración del viaje es mucho menor. Además, según la Plataforma, los trayectos en este medio de transporte permiten que muchas localidades estén conectadas entre sí, ayudando a que los pueblos estén bien comunicados y retroceda la España vaciada.

Convocada por la ‘Plataforma en Defensa del Tren Santander-Bilbao’, se celebró el pasado 16 de julio una manifestación en Santander, en la que al grito de 'Queremos más frecuencias' recorrió varias calles de la ciudad, alzando la voz contra la compañía de trenes Renfe. Del mismo modo, se convocó otra manifestación en Bilbao el pasado 30 de junio. Parece que al fin el ‘ruido’ que hizo la Plataforma ha dado sus frutos, ya que el próximo 5 de septiembre se restaurará la tercera línea que unía estas ciudades, así que los usuarios recuperarán todos los horarios de los que disponían antes de la pandemia. Sin embargo, esta recuperación no pasa solo por restablecer los tres viajes diarios, sino por hacer una revisión y mejora de la red de cercanías, incluyendo un nuevo enlace ferroviario de tráfico mixto entre Bilbao-Santander, acorde con las prestaciones actuales del transporte ferroviario.

Cantabria viaja a Bilbao en blanco y negro con un ferrocarril anclado en el siglo XIX
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