Dos autobuses de la línea 3 llenos como en un día de verano. Así llegaron estos vehículos del MetroTUS hasta el intercambiador de Valdecilla desde los barrios periféricos de Santander. Una protesta que empezó en Ojaiz y terminó en el Hospital Universitario bloqueando no solo estos dos autobuses, que no pudieron ser utilizados por otros usuarios, sino ocupando el intercambiador de Valdecilla, al que llegaron cantando, entre otras cosas, “el transbordo en Valdecilla es una pesadilla”, uno de los lemas que siempre se han utilizado en todas las manifestaciones contra el nuevo sistema impuesto por el equipo de Gobierno del PP.
En su discurso inicial, Carmen Castillo, de la Plataforma Transporte Santander, criticaba que “desde la Alcaldía es como si habláramos con una pared. Pedimos una maldita y dichosa solución y volver a como estábamos el 31 de enero. Hablan de cerrazón nuestra, pero todo el mundo reconoce que esto ha sido un error y está en contra. ¿A qué se debe este empecinamiento? Sólo ellos se oponen a cambiarlo”.
La llegada al intercambiador de Valdecilla de estas más de 150 personas provocó que este espacio fuese totalmente ocupado. Pancartas, gritos, pitidos y una idea clara: recuperar lo que los usuarios consideran que se les ha quitado. Los manifestantes aprovecharon para cruzar despacio el paso de cebra que separa ambos lados del intercambiador, provocando que los coches que esperaban en el semáforo en rojo estuvieran inmovilizados durante algunos instantes más. Una vez llegó un nuevo autobús de la línea 3 regresaron a sus hogares.
