sábado. 20.04.2024

Hay diferentes estudios que afirman que la cocina puede actuar como fines terapéuticos para las personas adultas y que ayuda al desarrollo de los niños, ya que es una actividad generalmente realizada en equipo donde se incluyen factores indispensables sobre una buena alimentación, saber cuáles son los productos y alimentos idóneos para mantenerse sanos, y ver la elaboración de los platos como un juego normalizando cualquier producto y actividad respecto a la rutina alimenticia. 

Cualquier exceso no es bueno y más si lo hacemos sin pleno conocimiento de ello. En el caso de la repostería o dulces, puede crear problemas de salud si no se determina un buen control. Por eso, existen diversas posibilidades de consumo: comprarla ya hecha en pastelerías, panaderías, tiendas especializadas o supermercados… o realizarla tú mismo en casa. Pero, ¿cuáles son las principales diferencias entre ser nosotros mismos los propios cocineros o llenar nuestra despensa con los postres que ya están realizados?

1. Control de ingredientes y cantidades

Si somos nosotros mismos quienes elaboramos esa repostería, podemos controlar cuáles son los ingredientes que utilizamos y las cantidades de los mismos. Es difícil saber a ciencia cierta cuánto hay de cada elemento en aquello que nos comemos. Además, podemos escoger harinas integrales o variedades de edulcorantes que se adapten a nuestras necesidades. 

2. Ahorro

Cuando somos nosotros quienes salimos a hacer la compra, podemos ajustar nuestro presupuesto a los precios que están en el mercado, por eso, la elaboración propia puede salirnos un poco más barata. La inmensa variedad que se oferta nos hace mucho más sencillo poder acceder a aquello que se adapte al bolsillo.

3. Creatividad única

Podemos mezclar diferentes ingredientes y experimentar con sabores, todo aquello que la imaginación permita. Además, estéticamente también permitimos hacer que nuestro plato sea único. A través de infinidad de utensilios, tenemos la posibilidad de hacer unas creaciones específicas y que nadie más tenga. Hay espacios como MyKaramelli que nos ofrece una gran variedad de herramientas con las que haremos nuestros platos muy especiales.

4. Ayuda a la autoestima

Hacer actividades que supongan un resultado, puede ayudarnos a nuestra autoestima por el simple hecho de haber emprendido una idea o proyecto y haberlo llevado a cabo. Además, puede ser un buen recurso para dedicar un momento de relajación o dedicar a cuidado nosotros mismos.

5. Compartir

Cocinar un plato puedes no hacerlo solo. Es una oportunidad para contar con más gente, adulta o niños, y convertirlo en un ritual donde podéis aportaros muchos beneficios y disfrutar de un buen momento previo antes de probar los dulces.

Ahora eres tú quien toma la decisión. Escojas cual escojas… ¡Bon appètit! 

Principales diferencias entre elaborar tu propia repostería o comprarla ya realizada