Hace días que los pasajeros del velero Klaudia, que regularmente navega de Santander hasta La Coruña de la mano de Naútica Puerto Gris, se embarcaron en lo que está siendo una de las experiencias más especiales y bonitas de sus vidas.
A través del Camino Inglés, una de las maneras menos frecuentadas para realizar el Camino, este grupo ha vivido otro día de andanzas y anécdotas donde el gran protagonista ha sido la naturaleza. Para comenzar el día Jesús de La Hoz y sus tripulantes y compañeros de viaje salieron después de desayunar desde el Mesón Do Vento, donde pararon ayer su recorrido, dirección Sigüeiro para superar la etapa de 24 kilómetros de este sábado bajo el sol.
En este parte del Camino Inma nos cuenta que el camino de hoy ha sido "muy agradable". En total han sufrido 250 metros de desnivel positivo acumulado y no había muchas cuestas. "Hemos pasado por maizales, eucaliptos, bosques de carballos, que es como llaman aquí a los robles y la verdad es que el paisaje ha tenido pueblos agradables", indica Inma.

No solo han pasado por bosques y zonas verdes, si no que el camino también ha estado comprendido de carreteras comarcales asfaltadas que dividían pueblos y aldeas. Así fue como llegaron a Sigüeiro, tras haber superado la etapa que protagonizaba el sábado, incluyendo dos paradas para hidratarse.

Para descansar de esta etapa, se han hospedado en el Hotel Vilanova que, según palabras de De la Hoz, es “sensacional”. Es uno de los alojamientos en los que De la Hoz ha repetido experiencia, un alojamiento que regenta Susa y Chencho, un matrimonio "que son un diez en amabilidad", en palabras de Inma que hace que la experiencia vaya a mejor porque ha sido un trato "absolutamente familiar", nos cuenta mientras descansan en la piscina de esta pensión con una buena tertulia entre compañeros.

Para Inma, que viene de los Pirineos, esta experiencia que une navegar y andar está siendo todo un éxito, siendo la primera experiencia para ella que comprendía tantos días navegando. Dentro del velero cada uno ha tenido sus funciones y "han pasado unos días tranquilos y días duros", recordando el día de su llegada A Coruña con la mar brava. Ante esto destaca la seguridad que Jesús transmite al grupo, "es buen patrón y la vida en el barco ha sido muy agradable", indica.
Como anécdota de este sábado Inma recuerda a un señor, "de unos 75 o 76 años" que se encontraba en un prao donde habitaba un grupo de corderos. Este señor, de nombre Xosé, contó algunas de sus experiencias a estos caminantes pero, hubo una de las cosas que les sorprendió, y es que "él estaba muy preocupado por la falta de agua". Xosé les enseñó un riachuelo que era el lavadero cuando él era pequeño y "fíjate ahora, está el agua estancada", indicaba apenado y preocupado.

Tras los 24 kilómetros Inma se despide recordando que "mañana es el día grande" el día de llegada a Santiago, mientras descansa con sus compañeros en la piscina de la pensión donde se alojarán esta noche.