jueves. 25.04.2024

Vivir en primera línea. La del olor a mar o la del frío de la montaña. La del silbido del viento de invierno o del cantar de los pájaros en primavera. Cualquiera o todas. Ese es el lujo de vivir en caravana, la libertad. Durante años, meses, o simplemente días, cada vez son más personas que se unen a este estilo de vida que ha enamorado a medio mundo y encuentra en Cantabria el enclave perfecto para hacer realidad el ideal que envuelve el conocido popularmente como ‘furgoneteo’. Ser nómada ya no es solo cosa del pasado ganadero, ahora ha vuelto al presente para hacerse moda: Viajar con la casa a cuestas por placer. Una “experiencia vital” en la que ya no solo respiras para vivir, por instinto, sino para sentir. Así lo han hecho Jennifer y Linda durante años, dos alemanas amantes del disfrutar de los pequeños placeres sobre cuatro ruedas y que han llevado su vida consigo dentro una Volkswagen T3 por el mundo. Ahora, desde hace tres años, ayudan a sentirlo a los demás.

El 2020 trajo nuevas formas de entender el mundo e incluso nuevas prioridades. Entre estos cambios se instaló una forma de turismo más seguro en época de covid, viajar en caravana. Pero justo un año antes, Jennifer y Lina se habían adelantado a esta revolución de las casas con ruedas poniendo en marcha Salty Campers, una empresa de alquiler de furgonetas clásicas.

“En 2004 fui a Australia para vivir un año fuera y he estado viajando con una furgoneta diez meses, siempre me ha gustado. Además mi padre es un loco de los coches clásicos y siempre estuve al lado de ellos”, cuenta Jennifer Focke recordando el inicio de esta pasión. Por su parte, Linda hizo su formación como mecánica y también ha trabajado con estos coches clásicos. Y, como no podía ser de otra manera, en ellos han recorrido mundo y en ellos ponen sus ilusiones para que también lo puedan hacer los demás. Se trata de furgonetas originales con una media de 30 años de vida –la más vieja es de 1986 y la más nueva de 1991-, unas tienen techo fijo con una altura alrededor de 2,70 metros y otras techo elevable. “Son bastante espaciosas”, detalla Jennifer sobre las Volkswagen T3, que cuentan en su interior con dos camas, una arriba y otra abajo, ambas para dos personas; una mini cocina con dos fogones de gas; y una pequeña nevera. 

El paraíso de los surfistas, “les gusta la movilidad, buscar las mejores olas, dormir en la naturaleza y estar cerca del mar para surfear por la mañana”

El paraíso de los surfistas se dibuja ahora en forma de caravana, “les gusta la movilidad, tener la posibilidad de moverse de una playa a otra, buscar las mejores olas, dormir en la naturaleza y estar cerca del mar para surfear directamente por la mañana”, afirma Jennifer. Por eso, la mayoría de los clientes actuales son surfistas ya que, reconoce, es una muy buena opción para los amantes de los deportes: “Puedes llevar tu material en la furgoneta y Cantabria te permite el lujo de ir por la mañana a Alto Campoo a hacer snow y luego por la tarde hacer surf en la playa”. Así lo hizo ella durante meses mientras descubría la región, algo que califica como “único”. Pero también cada vez se animan más las familias que buscan alejarse del ajetreo de las ciudades. 

Se dice que las caravanas son para el verano, y eso también lo notan ellas, el buen tiempo siempre ayuda para salir. “Las primeras dos semanas de agosto ya estamos llenos, pero todavía con junio tienen un poco más de cuidado por el tema del covid”, explica Jennifer. Tal es así que el año pasado agosto fue el mejor mes desde que están en el negocio: “tendríamos que alquilar 30 furgonetas, pero solo tenemos seis”, señala. Sin embargo, con este boom que hizo explotar el Covid se abren nuevas posibilidades para poder afianzar más el alquiler de estos vehículos y lograr instalarlo todo el año. “Antes cerrábamos en invierno porque no había demanda pero este año vamos a intentar moverlo también. Ahora tenemos muchas furgonetas con calefacción estática, asique por el invierno se pueden ofrecer salidas a Alto Campoo, a Los Picos de Europa o Los Pirineos”.

Y es que, el placer de viajar no tiene límites. “Tienes tu cama contigo, te permite mucha flexibilidad, elegir los lugares a tu gusto, y si te aburres, las olas son malas o el tiempo ha cambiado, te mueves”. Además, el norte es perfecto para pasar días en caravana, señala Jennifer, que tuvo la posibilidad de explorar casi todas las playas y los montes de Cantabria y Asturias, “una experiencia única”.

"La regulación hace falta para que no duerman en sitios como parques naturales”

Pero el auge también hace necesario una regulación más estricta para estacionar las caravanas y respetar los espacios naturales. “Llevo unos diez años moviéndome por Cantabria y antes nunca fue ningún problema dormir en las playas, pero ahora que está aumentando bastante el ‘furgoneteo’ estamos empezando a mandar a los clientes a los sitios donde es legal dormir como en campings, un sitio habilitado en Cabárceno, en el parque de Las llamas en Santander o en San Vicente de la Barquera, donde muchos vecinos alquilan sus prados a diez euros la noche y pueden estar los clientes más seguros”, explica Jennifer. Algo que “hace falta para que no duerman en sitios como parques naturales”, afirma. Al respecto, defiende que en España tienen que pensar en cómo lo van a arreglar y enumera los ejemplos de Portugal, donde es ilegal dormir en las playas por la noche, o Francia, país que tiene mini campings municipales que solo tienen el baño y por cinco o diez euros ya puedes aparcar ahí. Una opción que funciona “muy bien”. “Los clientes están encantados de pagar, la gente prefiere hoy en día dormir en sitios donde se sienten seguros”, indica.

Conocer los lugares más escondidos de 'la tierruca' sobre ruedas es una opción cada vez más demandada por turistas y locales. Ahora, la libertad que todos añoran está en una simple furgoneta y en esos parajes únicos que solo Cantabria tiene el gusto de mostrar. Pero, desde la tranquilidad, aconseja Jennifer, “que no tengan estrés en explorar demasiado”. “A veces está bien quedarse tres días en un sitio para aprovechar la naturaleza, disfrutar de las cosas simples, alejarse de las ciudades, de tanto estrés”. Esa es su filosofía de vida. Hoy en día, y además con la pandemia, todos buscamos sitios más tranquilos y conectados con la naturaleza y para eso, para escapar de esa vida tan rápida, la furgoneta es “perfecta”. 

Nómadas por placer, el lujo de descubrir Cantabria con la casa a cuestas
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