viernes. 19.04.2024

La Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (FECAV) ha tildado de "salvajada" el proyecto aprobado por el Ayuntamiento de Santander de peatonalización de la calle Cervantes y ha asegurado que su postura "en contra" es compartida por la "gran mayoría" de asociaciones de la ciudad.

En un comunicado, sostiene que el proyecto que se pretende ejecutar, y que consiste en peatonalizar la calle Cervantes, desde el cruce con Cisneros hasta Jesús de Monasterio, en el que se contempla permitir el tráfico restringido para vecinos, taxistas, transportes públicos y servicios de emergencia, supondría introducir "mayor circulación" en la zona de la que ya existe.

Así, la FECAV ha opinado que se van a formar en la zona "grandes atascos" y, además, alerta de que van a desaparecer plazas de aparcamiento.

Como alternativa, esta federación cree que "sería mejor" que la calle Cervantes fuera de una dirección y contara con "aceras más anchas".

También propone quitar el aparcamiento de motos y ensanchar la acera de la mano derecha según se baja para quitar el peligro que hay para las personas que pasean por esa acera, con el peligro conlleva, para personas "en sillas de ruedas" o con coches de niños.

PROYECTO ELEGIDO

El proyecto aprobado por el Ayuntamiento cuenta con un presupuesto de casi 2,2 millones de euros y un plazo de ejecución de siete meses e incluye la renovación de la calle Miguel Artigas, que ya es peatonal, así como varias actuaciones complementarias para la redistribución del tráfico.

Antes de determinar el alcance de la actuación se encargó un estudio del Grupo de Investigación de Transportes de la Universidad de Cantabria (UC) que simulase las consecuencias de distintas posibilidades.

Ese estudio analizó concretamente dos alternativas: mantener el tráfico de la calle Cervantes pero con un solo carril, ya que las aceras tienen que aumentar porque no cumplen con la normativa al no alcanzar el ancho de 1,80 metros; o restringir la circulación permitiendo el tráfico restringido como en el acceso de la plaza del Príncipe a la Porticada.

Según explicó el concejal de Urbanismo, César Díaz, se optó por esta última opción porque el estudio de la UC indica que mantener un carril de circulación en la calle Cervantes colapsaría la zona, que soporta el paso de 560 vehículos a la hora.

Una vez determinado que la calle sería peatonal permitiendo el tráfico restringido, el Ayuntamiento ha diseñado el proyecto técnico de esta actuación que, en un tramo de 120 metros, contempla realizar una calzada semipeatonal con pavimento adoquinado de granito y aceras de entre tres y cuatro metros a ambos lados con grandes losas de granito.

Además, se aprovechará la obra para renovar las redes de abastecimiento y saneamiento, los servicios de telecomunicaciones y el alumbrado y también se soterrarán los contenedores, lo que también contribuirá a mejorar la imagen de la calle a lo largo de la cual se colocará mobiliario urbano y se plantarán 14 árboles.

En este proyecto se ha incluido también la renovación de la calle Miguel Artigas, ya peatonal y que conecta la calle Los Escalantes con Cervantes, a la que se dará un tratamiento similar al de la calle Rubio, recientemente peatonalizada, lo que generará un corredor entre la plaza del Ayuntamiento y el barrio de La Florida.

Al restringir el tráfico de la calle Cervantes, se tendrán que realizar una serie de obras complementarias de cara a la redistribución del tráfico por las calles aledañas, que también están incluidas en el proyecto y se realizarán con anterioridad.

El concejal de Infraestructuras indicó que habrá una mayor densidad de tráfico por la plaza de la Esperanza por lo que, en la intersección con la calle Isabel II, se rectificará la salida del vial semipeatonal para paliar la falta de visibilidad que hay con los vehículos aparcados en la carga y descarga.

En la calle Lealtad, a la que también llegará más tráfico con la peatonalización de calle Cervantes, se regularán con semáforos los dos pasos de peatones, el que está en plaza de Los Remedios y el de Juan de Herrera.

Además, en su desembocadura en la calle Calvo Sotelo, hacia la que se puede girar tanto a izquierda como a derecha y hay dos pasos de peatones, éstos se trasladarán unos metros, uno más hacia Correos y el otro más hacia Isabel II, para evitar que se colapse el cruce con colas de vehículos.

También se va a actuar en la salida de la calle Rubio hacia Isabel La Católica para "permitir que los vehículos que bajan por Cisneros y antes cogían la calle Cervantes puedan llegar a la zona de Pasaje de Peña bajando por la calle Florida, saliendo por la calle Rubio y bajando nuevamente por Isabel La Católica".

Para ello, en el tramo inferior de esta calle, donde confluye con el acceso a San Luis, se eliminarán los contenedores y las cuatro plazas de aparcamiento existentes para que pueda ser de doble sentido e, instalando otro semáforo, permitir la incorporación de los vehículos hacia Jesús de Monasterio y que puedan coger el Pasaje de Peña.

La FECAV tilda de “salvajada” la peatonalización de la calle Cervantes