viernes. 29.03.2024

Una de las propuestas que los firmantes del Manifiesto para la conservación y recuperación del Antiguo Hospital Militar de Santoña recogen en el documento consiste en instar a los propietarios a “conservarlo en los términos que dicta la ley de patrimonio histórico”. Esos términos, evidentemente, no contemplan lo que actualmente puede verse en la Casa-Palacio de los Marqueses de Chiloeches. Y es que varios andamios, recubiertos a su vez de una tela verde que evita la caída de cascotes, cubren el frontal de este Bien de Interés Cultural, algo que supone un importante gasto a los propietarios del edificio.

Según fuentes relacionadas con la conservación y la construcción de edificios, a las que ha tenido acceso este diario, el andamiaje y todo el aparato que permite mantener la seguridad vial conlleva un coste de 1.200 euros al mes aproximadamente. Teniendo en cuenta que esta situación se lleva prolongando durante más de una década, el resultado final superaría los 120.000 euros de gasto. Y eso sin tener en cuenta los gastos de la restauración propiamente dicha.

En enero de 2014, el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con los propietarios para llevar a cabo una “restauración del palacio, que incluye el derribo de una parte del mismo” y que está calificada como “edificación anexa de factura posterior que carece de valor arquitectónico”.

Por ello, desde diversas organizaciones, entre ellas Hispania Nostra, uno de los firmantes del Manifiesto, se ha denunciado la existencia de un posible ‘pelotazo’ urbanístico en la operación que planea el Ayuntamiento de Santoña, que pretende derribar la parte del Antiguo Hospital Militar que “carece de valor arquitectónico”, para trazar una calle peatonal que divida la finca en dos partes, construyendo además un edificio privado de cinco plantas.

En este sentido, el Consistorio modificó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), para anular el carácter de protección integral del edificio, “pasando a estar únicamente protegida la parte del edificio de la fachada blasonada” y permitiendo, de este modo, el derribo, tal y como señala el Manifiesto.

Mutilar el edificio 

“Entendemos que, de llevarse a cabo dicho convenio urbanístico y proceder al derribo parcial del Antiguo Hospital Militar, se estaría mutilando un edificio de extraordinario interés”, han asegurado los más de 1.000 manifestantes, entre los que pueden hallarse nombres destacados de la cultura, el arte o el derecho como Jon Juaristi, ex director del Instituo Cervantes, o Juan Manuel Alegre, ex letrado del Tribunal Constitucional.

A juicio de los firmantes, esta “grave mutilación” se debe al interés del Consistorio de “trazar una calle peatonal que dividirá la finca en dos partes”, dejando a un lado el palacio y al otro la edificación privada, que a priori contará con “cinco alturas sobre el terreno”. Tal y como señala el documento, el planeamiento urbanístico de Santoña preveía el suelo en el que se construirá la edificación como “espacio verde público”.

El objetivo del Manifiesto es anular dicho convenio y rectificar el plan urbanístico “para devolver el edificio a su estatus anterior”, tomando además las medidas necesarias para salvarlo de la ruina. A juicio de los firmantes, lo importante es que el edificio es un “conjunto histórico esencial para entender la historia de la villa y su carácter como antigua plaza militar”. Asimismo, e independientemente del valor arquitectónico, consideran que es un “caso excepcional de hospital napoleónico” en nuestro país.

La falta de restauración del Antiguo Hospital Militar cuesta 1.200 euros al mes solo en...
Comentarios