sábado. 20.04.2024

La mitad de la población de Cantabria respiró aire contaminado el año pasado según el 'Informe de Calidad del Aire en 2016: resultados para Cantabria' elaborado por Ecologistas en Acción (EA), que constata que en la Bahía de Santander y la comarca de Torrelavega se superaron los niveles de partículas.

En un comunicado, la asociación ecologista ha denunciado que 310.000 habitantes de Cantabria respiraron aire contaminado durante 2016, es decir, la mitad de la población estuvo expuesta a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El cambio climático, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta por las energías sucias en detrimento de las renovables figuran, según la organización, entre las causas de un problema que afecta a la salud de la ciudadanía.

El informe de EA toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 700 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 11 situadas en Cantabria.

En lo que respecta a Cantabria, en 2016 se ha producido una reducción general de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2), recuperando aparentemente la tendencia decreciente iniciada en 2008 con la crisis económica. Esta contaminación afectó a la Bahía de Santander y a la zona industrial de Torrelavega.

El informe de EA toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2016 a la mitad de la población de Cantabria.

Las partículas (PM10 y PM2,5) son los contaminantes que presentan una mayor extensión y afección a la población, con especial incidencia en la Bahía de Santander y la comarca de Torrelavega. Siguen, por tanto, siendo "una seria amenaza para la salud", a pesar de que el año pasado se recuperó la tendencia a la baja de estos contaminantes que se inició en 2008, con la crisis económica.

El ozono troposférico también afecta a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático.

No obstante, durante el año 2016 los niveles de ozono bajaron respecto a los de 2015, de manera que ninguna zona cántabra estuvo expuesta a concentraciones peligrosas para la salud humana y vegetal.

El descenso de la contaminación del aire fue consecuencia en primera instancia de la coyuntura meteorológica, caracterizada por una mayor inestabilidad atmosférica, y en menor medida de la reducción de la producción eléctrica en centrales térmicas.

No obstante, hay "señales preocupantes" a juicio de EA como el repunte del tráfico por carretera (el consumo de combustibles de automoción en 2016 fue superior al de los cuatro años anteriores), el fraude en los sistemas de certificación de las emisiones de los automóviles, el aumento del consumo de electricidad (recuperando los niveles de 2008), y el abandono de las energías renovables.

En opinión de la asociación ecologista, la contaminación del aire debería abordarse "como un problema de primer orden". En este sentido ha afirmado que cada año se registran más de 24.000 muertes prematuras en España por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Además, los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

En este sentido, EA ha denunciado que la información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es "ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema".

La agrupación ecologista ha indicado que las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire son la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público.

Además, ha defendido que es necesario además dar facilidades a la bicicleta en las ciudades. Así como la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón.

La mitad de la población de Cantabria respiró aire contaminado en 2016