jueves. 28.03.2024

La Guardia Civil, a través del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), ha desarticulado dos tramas delictivas que actuaban en varias provincias de España.

Según informa el Instituto Armado en un comunicado, ambas llevaban a cabo transacciones de ganado vacuno incumpliendo la normativa que regula la materia, fundamentalmente a través de la alteración de los crotales (pieza de plástico con la que se identifica de forma individual a cada animal de las explotaciones ganaderas), para amparar animales que no tenían aseguradas sus condiciones de aptitud para el consumo humano.

La investigación se ha saldado con la detención de 12 personas a las que se les imputan los supuestos delitos de estafa, contrabando, falsedad documental y organización criminal. Estas personas habrían obtenido un beneficio superior a los dos millones de euros alterando la trazabilidad o acogiéndose a subvenciones de forma fraudulenta.

La operación se inició en 2016, cuando la patrulla ROCA de la Guardia Civil, perteneciente a la Comandancia de Gijón, se percató de que una persona llevaba en el maletero de su vehículo varios crotales, que tenían pequeñas muescas que hacían suponer que ya habían sido usados.

Los detenidos habrían obtenido un beneficio superior a los dos millones de euros con estas operaciones

Continuando con las investigaciones, se constató la existencia de un grupo de personas que podrían estar retirando dichos crotales que eran asignados a un ternero cuando este había fallecido tempranamente. En lugar de notificar esta circunstancia, se guardaban el identificador hasta que, llegada la edad propia para el sacrificio, se le colocaba a otro ternero comprado en el exterior a precio mucho más bajo. De esta manera obtenían grandes beneficios ya que se habían ahorrado el costo de mantenimiento y todos los tratamientos veterinarios que hubieran podido ser necesarios y sólo tenían que pagar el valor del animal sustitutorio.

Además, estos animales podían proceder de explotaciones fuera del territorio nacional llevándose a cabo el movimiento de los mismos sin el cumplimiento de las debidas garantías sanitarias. Otro posible origen del ganado se ubicaría en países donde la renta económica es inferior a la española, de forma que el valor de los animales estaría muy por debajo de lo que corresponde a un ejemplar criado en nuestro país.

La organización también obtenía beneficios relativos a la percepción de subvenciones en función del número de cabezas de una explotación, condiciones de cría de la misma, especificidad de una raza concreta, etc., con los terneros que habían fallecido y habían simulado su cría en las explotaciones ganaderas.

Esta actividad ilegal se comprobó con multitud de pruebas analíticas, quedando acreditados más de 200 casos.

Por otra parte,  para poder llevar a cabo esas alteraciones en el uso de los crotales, la organización había creado explotaciones virtuales en las que iban acumulando animales y los trasladaban a su conveniencia para evitar ser controlados.

Para poder concluir en la imputación de los presuntos delitos, se ha tenido que investigar el movimiento virtual de más de 100.000 cabezas de ganado constatando que no siempre llegaba a producirse ese movimiento. 

La investigación llevada a cabo por el SEPRONA ha contado con la colaboración de diferentes administraciones, cuyo trabajo conjunto ha permitid esclarecer los hechos en diferentes comunidades autónomas, siendo especialmente significativos en Cantabria, Asturias y Andalucía.

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