miércoles. 24.04.2024

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a diez años de prisión a un profesor de inglés por dos delitos continuados de abusos sexuales a dos menores de ocho y nueve años de edad.

El condenado, que era el propietario de una academia de inglés de Santander, en la que también ejercía de profesor, deberá indemnizar a cada uno de los menores con 5.000 euros, y no podrá comunicarse con ellos en un plazo de seis años.

Además, una vez que finalice la pena de cárcel, estará sometido a una medida de libertad vigilada durante seis años. Según ha quedado probado y así lo relata la sentencia, el profesor realizó "de forma reiterada tocamientos en sus zonas genitales" a los dos menores, "dándoles además frecuentemente besos en la zona de la boca y propinándoles numerosas caricias con igual ánimo".

La declaración de ambos goza, a juicio de la sala, de "plena credibilidad" pues "dichos menores a pesar de su corta edad han mantenido un relato persistente"

Para ello, "sentaba a los menores sobre sus rodillas y les introducía la mano por debajo del pantalón y del calzoncillo, acariciándoles los genitales, teniendo dichos menores gran confianza en el acusado por ser su profesor desde hacía años".

Para llegar a tal convicción, la Audiencia ha tomado en consideración el relato de los menores -que acudían a la academia en días distintos y cuyas familias no se conocían antes del juicio-. La declaración de ambos goza, a juicio de la sala, de "plena credibilidad" pues "dichos menores a pesar de su corta edad han mantenido un relato persistente, coherente y creíble", además de "sustancialmente idéntico".

Junto a ello, existe "suficiente corroboración periférica a la vista de lo declarado por los demás menores que acudían con ellos a dicha academia".

Los hechos fueron denunciados por el padre de unos menores, que supo de los abusos porque su hijo menor le dijo un día que no quería ir a la academia. A preguntas del padre, el niño relató que el profesor le metía la mano por detrás del pantalón. Entonces, el padre se dirigió a su hijo mayor, que también acudía a la academia, y éste corroboró la actuación del profesor.

Denunciados los hechos, la policía se puso en contacto con progenitores de menores que acudían a la academia informando de la denuncia. Fue entonces cuando la madre de otro menor logró saber de boca de su hijo que también estaba siendo víctima del profesor.

Diez años de cárcel para un profesor por dos delitos continuados de abusos sexuales
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