viernes. 29.03.2024

La figura del médico suele estar asociada a la vida, a la lucha contra patologías y problemas físicos que ponen en riesgo la salud de los ciudadanos. Pero este miércoles, 16 de marzo, son protagonistas por un motivo peligroso y que “es lo peor en su trabajo”. La violencia ejercida contra los profesionales sanitarios es una constante que muchas veces pasa desapercibida, pero que en el Día Nacional contra las agresiones a profesionales sanitarios ha sido puesta bajo los focos. Desde 2010 ha habido en España más de 2.400 agresiones, de las que 108 se han producido en Cantabria en este último año. Y eso son solo los “incidentes violentos notificados”.

Según ha detallado la directora general de Ordenación y Atención sanitaria de la Consejería, María Antonia Mora, “están afectadas casi todas las categorías” profesionales, siendo la de los médicos la que más casos tiene, un total de 44.

La cifra de 108 agresiones representa un ligero incremento frente a lo vivido en los dos últimos años, cuando el dato se estabilizó por debajo del centenar de incidentes. Si se analiza el balance general entre 2008 y 2015, el número de sucesos se eleva hasta los 621.

El balance de agresiones en Cantabria entre 2008 y 2015 se eleva hasta los 621 casos

“La violencia es lo peor en su trabajo, donde no debería haber más sobresaltos que los del propio ejercicio”, ha comentado Mora, quien ha detallado que la mayoría de ataques son verbales. “Hubo un pico en 2012 y a partir de aquí han descendido los casos, que se han mantenido estables”, ha incidido.

Pero los datos, ofrecidos por el Servicio Cántabro de Salud (SCS) en una rueda de prensa celebrada en el Colegio Oficial de Médicos de Cantabria, dejan otras conclusiones cuanto menos preocupantes.

Como ha destacado Mora, de esos 621 incidentes en los últimos ocho años la mayoría se produjeron porque los pacientes estaban en desacuerdo con la atención recibida, en concreto un 44% (274). A esto se suman los ataques por las negativas de los profesionales a emitir recetas o bajas laborales.

Más ataques a mujeres

También resulta llamativo el género de los agredidos. 492 profesionales eran mujeres, lo que representa un 79,2%, frente a las 113 sufridas por hombres. Sin embargo, y como remarca Mora, el dato debe ser analizado en su contexto, pues “hay más mujeres profesionales que hombres” en el SCS.

Cantabria es la cuarta comunidad autónoma con mayor incidencia por cada 1.000 colegiados, con una tasa del 2,92%

Sin embargo, lo que genera menos dudas es el hecho de que, de los 335 agresores varones que hubo en 2015, el 79% atacaron a las mujeres profesionales del SCS.

En lo que respecta al tipo de agresión, la inmensa mayoría no pasaron del insulto o de la amenaza verbal. En concreto, los primeros representan el 49%, mientras que las segundas son el 38%, limitando los ataques físicas a 82 entre el 2008 y el 2011 (13%).

La directora general de Ordenación y Atención sanitaria ha destacado que la mayoría de incidentes “ocurren en Atención Primaria, un 55%, en horario de consultas”.

Acto de atentado

En la rueda de prensa también han estado presentes la presidenta en funciones del Colegio de Enfermería, Rocío Cardeñoso, y la secretaria y responsable del Protocolo de Agresiones del Colegio de Médicos, María Ángeles Herrrera. Precisamente ha sido esta última la que ha leído el Manifiesto de la Organización Médica Colegial (OMC), en el que se detalla que se han producido “más de 2.400” agresiones entre 2010 y 2015.

El lema de las actuaciones de la OMC, ‘Ante las agresiones a sanitarios, tolerancia cero’, ha sido el empleado para “concienciar y ayudar a las administraciones públicas en el manejo preventivo y jurídico de esta lacra”. Según se recoge en dicho manifiesto, los casos de violencia conllevan un “deterioro de la relación de confianza entre médico y paciente”.

De los 335 agresores varones que hubo en 2015, el 79% atacaron a las mujeres profesionales del SCS

“El sufrimiento y el dolor favorecen las situaciones de conflicto en la comunicación médico-paciente, pero también el estrés profesional, la falta de recursos y la sobrecarga asistencial que merman la capacidad del profesional para afrontar este tipo de situaciones”, ha afirmado la OMC.

En el escrito los médicos recogen una serie de solicitudes para tratar de erradicar este tipo de actitudes, entre las que destacan el refuerzo de “medidas preventivas para proteger a los profesionales”; la realización de “campañas para concienciar a la sociedad de las agresiones a sanitarios”; la creación de “programas de formación en las competencias profesionales para afrontar situaciones difíciles”; y que “las agresiones a sanitarios sean tratadas como violencia social”.

Asimismo, “solicitamos la aplicación judicial por igual en todas las Comunidades de la nueva tipificación que ya aparece recogida en el código penal”, y que considera este tipo de agresiones como un “acto de atentado”.

Según Herrera, “se quiere lograr jurisprudencia para que se desarrollen las sentencias y las condenas”, de modo que exista uniformidad en todas las sentencias de España.

Diez agresiones registradas

A diferencia del SCS, el Colegio de Médicos solo ha registrado en 2015 un total de 10 agresiones, aunque coincide en la amplia mayoría de mujeres, 7 frente a 3 hombres. El dato supone el 3% del total contabilizado en España, 361.

A pesar de esto, Cantabria es la cuarta comunidad autónoma con mayor incidencia por cada 1.000 colegiados, con una tasa del 2,92% frente a la media nacional de 1,5%. Herrera ha señalado que “esto es la punta de un iceberg. Lo que se ve es que hay mucha violencia” detrás de estos datos.

Problema grave

Por su parte, Cardeñoso ha indicado que “la violencia ha pasado a ser un problema grave” con el que “todos perdemos”. Según ha indicado, el pasado año se registraron seis casos de agresión entre las enfermeras colegiadas, cuatro en atención primaria y dos en urgencias hospitalarias, que suponen un descenso respecto a los doce de 2014.

Pese a esta tendencia, hay que estar "alerta", ha considerado Cardeñoso, ya que una de cada tres enfermeras españolas han sufrido en los últimos doce meses una agresión.

Ante esto, el Servicio Cántabro de Salud ha indicado que, aunque la inmensa mayoría de profesionales no denuncian el caso (el 98,5% no pide ayuda), “los servicios de prevención mantienen registros continuos”, y se han impulsado “medidas pasivas” como instalar un timbre en el ordenador de cada profesional, mejorar los interfonos o instalar cámaras en las entradas de los centros.

Asimismo, se han diseñado “cursos para afrontar la violencia en el trabajo”, y existen medidas administrativas y judiciales para luchar contra este tipo de situaciones, desde el cambio de centro de trabajo hasta demandas por vía penal.

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