jueves. 25.04.2024

El movimiento Cantabria No Se Vende ha manifestado que “la experiencia de hace 30 años debería servir para afrontar los retos que se avecinan” en la fábrica de Sidenor en Reinosa, cuyos representantes sindicales negocian desde este lunes con la dirección un Expediente de Regulación Temporal de Empleo para 2017 y 2018 que afectaría a los 640 trabajadores de la plantilla, alegando motivos de producción. “Hace tres décadas, el discurso que justificaba los despidos y la inviabilidad de la fábrica era el mismo, las protestas fueron criminalizadas y la represión provocó un muerto”, ha recordado CNSV a través de un comunicado de prensa. “Desde entonces, nuestros políticos, en confluencia con la patronal y los sindicatos mayoritarios, han esgrimido la denominada ‘paz social’ como un valor de nuestra comunidad y un atractivo para su desarrollo, pero se trata de un argumento tramposo y falso, porque mientras se cuestiona la fábrica de Reinosa, el mismo grupo industrial potencia otra factoría en Basauri, donde salarios más altos y sindicatos más beligerantes no parecen ahuyentar las inversiones”, ha añadido.

CNSV ha destacado que las “preocupantes” noticias que llegan desde hace meses sobre la fábrica de Sidenor en Reinosa “han puesto a toda la comarca campurriana en un estado de alerta” porque “son ya muchos meses de noticias sobre ventas, informaciones contradictorias, filtraciones interesadas y promesas incumplidas que ponen en cuestión el futuro de sus trabajadores”. “Buenas palabras de la nueva dirección e implicación del Gobierno... pero preocupación en los trabajadores, que ven que la carga de trabajo es escasa y no se dan pasos concretos para garantizar la viabilidad de la planta” y “como telón de fondo, siempre la misma letanía de falta de competitividad, deslocalización para abaratar costes y baja demanda del producto” que según el movimiento pretende hacer creer que lo que ocurra “tendrá más que ver con profundas e inmutables leyes económicas que con decisiones políticas y empresariales”.

“Es una situación conocida en esta tierra que ya sufrió hace 30 años las consecuencias de la reconversión industrial, justificada con los mismos criterios económicos, y que dejó en la calle a más de 400 trabajadores de la antigua Forjas y Aceros, y tras ellos el declive de la ciudad que aún continúa, desde ese año ha perdido casi 4.000 habitantes, y que puede recibir la puntilla si se cumplen las peores expectativas”, ha señalado CNSV, que ha considerado que precisamente “la experiencia de hace 30 años debería servir para afrontar los retos que se avecinan”.

CNSV dice que “la experiencia de hace 30 años debería servir para afrontar los retos...
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