viernes. 29.03.2024

Desde el año 2005 todos los veranos por el mes julio, cuando en Santander se están celebrando sus fiestas patronales de Santiago, su semana más grande, las víctimas de las sentencias de derribo, con las camisetas amarillas, donde van grabadas las peticiones de “No derribos” y “Justicia ya”, nos ponemos a caminar para realizar la Marcha a Santander desde Argoños. 

Una comisión parte una hora antes desde Escalante para unirse a la salida oficial en Argoños, una breve parada ante el Ayuntamiento de Arnuero donde nos espera parte de la corporación con su alcalde a la cabeza, y después de subir el duro alto de Ajo, en la plaza de Galizano, se hace un descanso para comer, posteriormente seguimos hasta el polideportivo del Latas, en Ribamontán al Mar, donde se pernocta. El segundo día de la Marcha a Santander se cruza la bahía hacia Santander, y una vez Puertochico seguimos hacia el Paseo Pereda, la calle Cádiz, por la calle Alta hasta Parlamento de Cantabria. 

Allí durante años se unen los afectados que han salido desde Liencres y después, todos juntos hasta el antiguo convento de las Salesas, hoy sede del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria. A continuación reanudamos la marcha bajando por la Calle Vargas, hasta la plaza del Ayuntamiento, para volver por el Paseo Pereda, hasta llegar a la sede del Gobierno de Cantabria en la calle Peña Herbosa, de allí al Ateneo para poner fin con el acto que cierra oficialmente la Marcha a Santander; algunos años hubo pequeños cambios pernoctando en tiendas de campaña en el centro de Santander.  

Año tras año, durante tres lustros, allí estaba la marea amarilla de AMA, recorriendo los caminos de Cantabria para pedir, una vez más, la solución definitiva para sus familias y para todos los ciudadanos. Es sin duda un gran esfuerzo para este colectivo que peina canas, realizar tantos kilómetros, no es fácil y cada año, la distancia parece mayor y Santander da la sensación de estar más lejos, como la solución que deseamos y tantas veces nos han prometido; cada vez que llegamos a la meta, a la legislatura prometida para la solución, esta nos la mueven, la pasan a la siguiente, así va transcurriendo el tiempo, y casi toda una vida. Mientras las administraciones miran al tendido, como si esto no fuera un problema provocado por las propias instituciones.

No es por casualidad que la Marcha a Santander comienza en el pueblo de Argoños, uno de los más pequeños de Cantabria, apenas tiene 5,5 Kilómetros cuadrados, que por no tener, no tiene ni policía municipal; pero sin embargo este hermoso municipio tiene el dudoso honor de ostentar un récord Guinnes, el de mayor número de sentencias de derribo por metro cuadrado, más del 20% de suelo urbano se encuentra en esta situación desde hace casi dos décadas, con 16 sentencias de derribo que afectan a 255 viviendas, cerca del 40% de todas las viviendas del municipio se encuentran en esta situación irregular por culpa del citado Ayuntamiento y del Gobierno sufriendo por ello, una dura y penosa situación.

Otro año más, otra marcha más y en el horizonte solo promesas que se diluyen con la luz de la realidad. Desde la salida en Argoños cuando vas hacia la plaza del Ayuntamiento la misma sensación de siempre, ese cosquilleo en el estómago, ¿a ver si no vamos a tener gente?, puesto que el miedo al cansancio, después de tantos años sería comprensible. 

El sol se abría paso entre las nubes de la mañana, sonaba la música de Ángel y Juanlu, con el megáfono, despertando al personal e intentando sacudir también conciencias, que se quedan adormiladas; es más fácil que otros luchen por lo tuyo, mientras ellos están dulcemente en los brazos de Morfeo, disfrutando y metiendo la cabeza bajo de ala, haciendo como que el problema no existe, y siguen haciendo su barbacoa con los amigos, total, “problema que no tiene solución, ya no es problema” dicen los chinos. Esta gente insolidaria es lo que más daño nos hace, ya que no es solo que no participen, es que comen la moral de quienes ponen todo su esfuerzo en la búsqueda de soluciones para todo el colectivo. 

"Todos a la plaza del Ayuntamiento, el problema es de todos, no te quejes en la soledad, ven a trabajar para que se haga justicia, para que no se derribe, ni tu casa, ni la de tus amigos, para que no se derribe, ni una, ni una." Gritan nuestros amigos por el megáfono y el sonido se pierde entre las casas y los ladridos de unos perros.

Josetxu y José Luis recogen las pancartas, las banderas y banderines, se llenan los coches hasta los topes. Al llegar a la plaza del ayuntamiento se divisa el color AMA-rillo de las camisetas, entre saludos y abrazos, “que no estamos solos que sabemos lo que queremos”, la música del Mago de Oz con su “fiesta pagana” suena a todo volumen, poco a poco van llegando los amigos. Patxi reparte sus pegatinas con el lema: “No derribes nuestras ilusiones, pedimos justicia”. Ciriaco, Juanlu, Josetxu, Ángel, Teo, Koldo, Félix, Luis, José... reparten el material. Llegan las autoridades, y la guardia civil nos dice que nos acompañará en el recorrido. 

Nos saluda el Alcalde y autoridades, sobre las nueve de la mañana como cada año, se hace el silencio, es nuestro recuerdo a los que no nos pueden acompañar, a los que ya nunca más podrán caminar con nosotros aunque los sintamos tan cerca. Es la señal para dedicar unos breves momentos a los que llevamos siempre en nuestro corazón. El silencio se rompe con los aplausos de los presentes, y aflora alguna lágrima escondida.

Tras unas breves palabras para dar las gracias a aquellos que nunca fallan, y que siempre están para apoyar, para animar al personal, que en lugar de disfrutar de sus vacaciones están preparados, otra vez, para una dura jornada, Félix, Ángel y Koldo inmortalizan con sus cámaras todo lo que pasa. Toma la palabra el alcalde para decir “que espera que este sea el último año que haga falta hacer este gran esfuerzo, y que está deseando que acabe esta pesadilla para celebrarlo con nosotros”. Sus palabras y buenas intenciones según pasan los años pierden credibilidad, pese a poner todo el énfasis en las mismas. 

Como presidente de AMA me toca recordar a los que no están, a los que nos han justificado su ausencia, a los que nos mandan todos sus buenas intenciones, y sobre todo intentar una inyección de optimismo, con nuestro lema de “- ¿qué pedimos?, ¿qué pedimos?, y suenan las voces atronadoras de todos los presenten - ¡justicia!, ¡justicia! y ¡justicia!, - Adelante amigos y todos gritamos - que no nos derribarán, ¡ni una!, ¡ni una!, ¡ni una!... Desde el megáfono Ciriaco, Juanlu y Javi, van ordenando la manifestación, se da la salida oficial, se oye la banda sonora del último Mohicano, y la marea amarilla, una vez más, empieza a recorrer los caminos de Cantabria.

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Unos agentes de la Guardia Civil nos abren el camino, y al grito de “no derribos, queremos nuestras casas” empieza una nueva marcha camino de Arnuero. Vamos andando entre la expectación de los automovilistas que hacen sonar su claxon para saludarnos. A los que van caminando bandera en ristre, hay que sumar una caravana de amigos en los coches de apoyo, con sus distintivos numerados y los carteles de la Marcha, con el lema “Por una Cantabria más justa, acabemos con el problema de los derribos”.

Emilio ha preparado en su “furgona” un utensilio especial para llevar el altavoz, y por el cual se escucha la música que ánima al personal, en las filas traseras ya se van haciendo los grupitos que comentan la jugada y cierran la marcha nuestras torres gemelas Fernan y José Luis.  

Al llegar a la urbanización de Pueblo del Mar I, suenan los aplausos de un importante número de amigos que se nos unen a la marcha, con los saludos y la alegría de ver que esta vez lo hemos logrado, somos más, somos muchos los que estamos dispuestos a trabajar por nuestros derechos y solidariamente por los de los demás y se palpa la emoción.

Fue en este lugar donde nació el germen de la Asociación AMA, en concreto de una Comisión de Seguimiento que se creó al tener conocimiento de que la misma estaba afectada por las sentencias de derribo. Las empresas constructoras desaparecieron, con quiebras culpables o fraudulentas, dejando las viviendas sin acabar y ello contribuyó a la necesaria colaboración entre vecinos para sacar adelante unas viviendas, sin luz, sin cerramientos, sin... y sin vergüenza fue la actitud de todos estos personajes que se llenaron los bolsillos y desaparecieron y si te he visto no me acuerdo. Eso sí, con el consentimiento y la colaboración necesaria de las Administraciones Públicas, que dieron licencias, aprobaron estudios de detalle y planes parciales, y allanaron el camino, con la corrupción como principal protagonista entre las faldas del poder.

Pero eso, lo contaremos en otro capítulo sobre de los desmanes y la corrupción del poder, de los mandan… Ahora dejamos a nuestros amigos caminando hacia Arnuero, en una larga fila de más de cien personas, con la ilusión de lograr que algún día no muy lejano se haga justicia.  

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Capítulo 4. De marcha a Santander
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