viernes. 29.03.2024

Cantabria es una región cuyo transcurso histórico ha caracterizado la personalidad de su sociedad actual. Además, su marcada singularidad ha hecho mella en el pueblo cántabro, de tal forma que la cultura cántabra es un elemento fundamental a la hora de definir a los habitantes de la Comunidad Autónoma.

Mitología, fortaleza e historia son los pilares básicos de esta región que se ha hecho un hueco para postularse como una de las comunidades autónomas más singulares de España. Sin embargo, uno de los rasgos más significativos de Cantabria es la inclusión de oficios que distinguen el carácter artesanal que poseen los cántabros. Este es el caso de la cantería, definido como el oficio y arte de labrar la piedra. 

“La cantería en Cantabria se desarrolla en el siglo XV, aprovechando el desarrollo urbanístico de Laredo”

Los primeros grabados mediante la técnica de la cantería fueron realizados en diferentes edificios de la época grecorromana, así como en Egipto o Mesopotamia. De hecho, estos tenían un significado mitológico, a veces relacionado con sucesos de importancia para la sociedad.

En Cantabria este oficio artesanal se remonta a hace más de 500 años. “La cantería en Cantabria se desarrolla en el siglo XV, aprovechando el desarrollo urbanístico de Laredo”, explica Estrella Fernández, informadora turística y guía del Museo de la Cantería ‘Rodrigo Gil de Hontañón’ en el municipio cántabro de Rasines. Además, explica que “los canteros cántabros han participado en construcciones de gran relevancia como la Catedral de Segovia”.

Así, cuenta que “en esa época, la sociedad combinaba la economía agraria, que por entonces era bastante pobre, con el oficio del cantero, pudiendo así aprovechar el desarrollo urbanístico de la villa de Laredo”. 

Este fue el inicio del auge de la cantería en Cantabria, una Comunidad Autónoma con un bagaje histórico y cultural que no solo ha marcado a la sociedad de la región, sino que ha dejado huella en todo el territorio nacional mediante la construcción de edificios de diferente índole haciendo uso de este oficio artesanal.

“En Cantabria, a nivel local, comenzaron a hacerse pequeñas construcciones en piedra, casas señoriales o pequeñas iglesias”, relata Fernández, haciendo especial hincapié en que “la mayoría de construcciones se realizaron fuera de la región”

Lo cierto es que la cantería tuvo su gran auge durante los siglos XV y XVIII, y a pesar de no dejar apenas huella de las obras en la Comunidad Autónoma, el resto de España, Portugal y algunas colonias americanas recibieron la llegada de canteros cántabros de gran renombre.

“Los canteros cántabros se vieron obligados a salir de la zona cuando el desarrollo urbanístico de Laredo llegaba a su fin a finales del siglo XV y principios del siglo XVI”, explica. De esta forma, todos aquellos artesanos partieron en busca de trabajo en otras regiones de España. “Tuvieron que salir de su zona de trabajo y cruzaron la antigua vía romana que une Laredo con Castilla, aprovechando así la gran demanda de mano de obra en piedra que estaban experimentando las villas castellanas”, asegura.

El Museo de la Cantería ‘Rodrigo Gil de Hontañón’ dedica su servicio a dos familias de gran relevancia en Cantabria para este oficio artesanal. La primera de ellas, la familia Rasines, la cual se dedicó a practicar la cantería en la zona oriental de la Comunidad Autónoma y en la zona alta de Burgos. La segunda familia es la que da nombre al museo ubicado en el municipio de Rasines, la familia Gil de Hontañón, que operó en “prácticamente toda la Península Ibérica”.

Museo de la Cantería 'Rodrigo Gil de Hontañón' Foto Ayuntamiento de RasinesMuseo de la Cantería 'Rodrigo Gil de Hontañón' | Foto: Ayuntamiento de Rasines

“Los canteranos cántabros forman parte de la historia de este país, y ese es un legado muy importante para la Comunidad Autónoma”

Así, las vías de actuación de los canteros cántabros no solo se centran en construcciones en la región como la Iglesia de Santa María, situada en el municipio de Castro Urdiales, sino que la labor de estos artesanos impregnó todo el territorio nacional dejando así mella del pueblo cántabro en las construcciones de grandes espacios.

Iglesia de Santa María (Castro Urdiales) Foto WikipediaIglesia de Santa María (Castro Urdiales) | Foto: Wikipedia

De esta forma, grandes edificaciones como la Iglesia y colegio de San Roque (Burgos), el Palacio de Monterrey (Salamanca), la Catedral de Oviedo (Oviedo), el Palacio Ducal en Berlanga de Duero (Soria), la Catedral de Ciudad Rodrigo, la Catedral de Granada (Granada), el Castillo de Turégano (Segovia), la Iglesia de Santiago en Medina de Rioseco (Valladolid), la Iglesia de San Martín en Casalarreina (La Rioja) o la Catedral de Santiago de Compostela (Santiago de Compostela) son algunas de las obras en las que participaron estos artesanos cántabros.

Los canteros cántabros forman parte de la historia de este país, y ese es un legado muy importante para la Comunidad Autónoma”, asevera Fernández, realzando la figura de estos trabajadores como un elemento indispensable para comprender la cultura cántabra y, por ende, a la sociedad actual, que está enormemente marcada por sus antecesores.

Asimismo, la huella que dejaron los canteros cántabros en la Península Ibérica ha causado el elogio y reconocimiento a estos. Rodrigo Gil de Hontañón, maestro mayor de la Catedral de Segovia, fue enterrado allí como muestra de afecto del pueblo segoviano al trabajo realizado por el cántabro. “Es un reconocimiento muy importante. La familia Gil de Hontañón marcó un antes y un después en la cantería cántabra, especialmente fuera de la Comunidad Autónoma”, explica Estrella Fernández.

“Cantabria no solo es tierra de pastos, es tierra de grandes canteros”

Lo cierto es que la singularidad de las construcciones realizadas por los canteros cántabros tuvo un gran auge en la Edad Media cuando el desarrollo urbanístico de Laredo comenzó. Una vez acabado este desarrollo, o al menos finalizado en gran medida, los artesanos cántabros emigraron fuera de la Comunidad Autónoma creando así las grandes construcciones que han llegado hasta la actualidad.

Además, la huella de Cantabria es visible en todo el territorio nacional, mostrando así las múltiples habilidades del pueblo cántabro. “Cantabria no solo es tierra de pastos, es tierra de grandes canteros, de grandes arquitectos, que es lo que conoceríamos hoy en día”, asegura la guía turística del Museo de la Cantería ‘Rodrigo Gil de Hontañón’.

Cantabria es una región cuyo bagaje cultural e histórico ha traspasado las fronteras de la Comunidad Autónoma y que, además de dejar huella en la propia sociedad cántabra, ha hecho mella en todo el territorio nacional a través de la construcción de diferentes edificios. Así, los canteros cántabros ya son parte de la historia de España y, por ende, de la cultura que forma la mentalidad de la sociedad actual.

“Los canteros cántabros han participado en construcciones de gran relevancia como la...
Comentarios