viernes. 29.03.2024

Existe una vinculación histórica entre los bisontes y Cantabria. Buena muestra de ello son las alusiones que hay a este animal en las cuevas de Altamira. Esto llevó a Rubén Matanza a poner en marcha una iniciativa particular para recuperar la presencia de esta especie en la tierruca.

“Siempre he sido un apasionado de la naturaleza y los animales y por eso me gustó la idea de poder formar parte de un proyecto para la recuperación de esta especie en un marco medioambiental muy apropiado para él como es Cantabria”, asegura el propio Rubén.

Para ello prepararon una finca de más de 20 hectáreas y se pusieron en contacto con un proyecto similar desarrollado en Polonia, el país europeo donde más bisontes hay en estos momentos. 

“El bisonte es un animal muy mediador, una especie de jardinero a nivel medioambiental"

El bisonte europeo que ha vuelto a Cantabria no es como el americano, es un animal cuya dieta está formada por vegetación de tipo arbustivo además de las praderas. “El bisonte es un animal muy mediador, una especie de jardinero a nivel medioambiental porque conserva los espacios y ayuda a prevenir incendios, ya que consume arbusto bajo”. 

En el día a día, los bisontes reciben un cuidado silvestre, con la única diferencia de que en el momentos en los que la pradera baja la producción de hierba se diseminan puntos donde se les pone forraje para que puedan comer. 

En este momento, Rubén Matanza cuenta en Evecan con seis bisontes, dos machos y cuatro hembras, en un espacio amplio y con condiciones de semilibertad ya que son una reserva natural en la que también viven otras especies como dromedarios o alpacas. “Lo bonito de este proyecto es que queremos ampliar la superficie con otras 20 hectáreas más. Tenemos que acometer el acondicionamiento de la finca, vallando el perímetro para que no haya riesgo de escapes y así iremos teniendo un entorno propio que pueda autoabastecerlos para que convivan. En el caso en el que llegásemos a tener excedente, los enviaríamos a reservas de otros países en las que también se esté trabajando en este sentido”.

Este proyecto de recuperación del bisonte europeo nace después de que el animal estuviese prácticamente extinguido. En los años 40 y 50 solo quedaban 12 ejemplares, y de ellos parten los cerca de 8.000 que hay repartidos por todo el continente actualmente. 

En el futuro, el objetivo de Rubén Matanza va más allá y por ello esperan convertir a Cantabria en un punto de encuentro del bisonte europeo en el que se puedan llevar a cabo foros, reuniones y sea una referencia dentro del viejo continente. Así y gracias a su trabajo, los bisontes han podido volver a casa. 

Cantabria vuelve a ser el hogar de los bisontes
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