Cantabria destinará en 2023 un presupuesto de 1.087 millones de euros a la sanidad, el más alto de la historia y que dedica la mayor subida al refuerzo de la Atención Primaria, un área que se lleva cerca de un 20% de la dotación total, unos 195 millones de euros, que suponen un incremento del 12,5% con respecto a este año.
De esos 1.087 millones del total -frente a los 1.028 del presupuesto 2022-, 28,9 millones son para la Consejería de Sanidad y 1.058 millones para el Servicio Cántabro de Salud (SCS), que a su vez dedica casi el 50% al personal, en total 505 millones. Esto supone una subida del 5,5%, correspondiente al incremento salarial de los empleados, al refuerzo de plazas en Atención Primaria y a la estabilización de las plantillas.
Así lo ha detallado este miércoles el consejero de Sanidad, Raúl Pesquera, que ha presentado en rueda de prensa unas cuentas para el próximo año que, como ha indicado, tienen como grandes objetivos potenciar la Atención Primaria, ordenar de forma eficaz los recursos humanos y estabilizar de plazas, impulsar la salud mental, apostar por políticas de sostenibilidad energética e invertir en alta tecnología a través del Plan INVEAT y la unidad de protonterapia para Valdecilla.
Además, recoge obras para la ampliación de los centros de salud de Polanco y de Suances, la construcción del de Castro Urdiales y el de Piélagos Norte o el consultorio de Comillas, que cuentan con una partida que suma 750.000 euros para los proyectos y las obras. También están previstas actuaciones de mejora y modernización y de mantenimiento en más centros de salud, por lo que la dotación dotal de estas partidas asciende a los 4,5 millones.
Entre los grandes proyectos, Pesquera ha destacado el de la protonterapia, que tiene una consginación de 765.000 euros para la dirección facutativa y supervisión de obra, o la fase dos de la ampliación del Hospital de Laredo, dotada con 2,7 millones.
Entre la Consejería y el SCS, una parte importante de las cuentas se destina al pago de nóminas, 519 millones de euros. Sin embargo, en el presupuesto de la Consejería -que crece un 7,5% hasta los 28,9 millones, dos millones más que este año-, suben todos los capítulos salvo el I, correspondiente a gastos de personal, porque ya no se dota la mayor parte de plazas de rastreadores, que supusieron un aumento considerable en 2020 y 2021 por la incorporación continua de estos profesionales ante la situación de la pandemia, ha explicado el consejero.
En este capítulo I se ha mantenido la dotación de 700.00 para hacer frente a las modificaciones de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) que va a acometer la Consejería.
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