viernes. 19.04.2024

El 3 de julio aterrizaban en Malta decenas de niños de diferentes países con edades comprendidas entre los 12 y 16 años para pasar una estancia aprendiendo y perfeccionando inglés. Nada fuera de lo común, salvo por el hecho de que todos habían tenido que acudir con su PCR hecha y con resultado negativo, como obliga la actual pandemia. Iban a ser 14 días, pero a 21 de julio, por algunos casos positivos, muchos se encuentran confinados en sus habitaciones sin atención sanitaria ni condiciones higiénicas adecuadas, y sin que el Estado maltés haya hecho nada más que impedirles salir de sus habitaciones, algunas de ellas sin la necesaria ventilación.

Uno de estos casos es el de un joven de 14 años natural de Santander. Según ha relatado su madre a este diario, la primera semana transcurrió con normalidad, pero el sábado 10 de julio el menor les dijo que “se suspendieron las clases” y que la situación de la pandemia estaba empeorando. Se habían detectado los primeros casos. Dado que el curso ya no se iba a celebrar, la familia empezó a realizar las gestiones para que el adolescente regresara lo antes posible. La academia con la que se había realizado el viaje contrató un regreso a España vía Frankfurt para el lunes día 12, previa prueba de antígenos que debía dar negativa. Y la suya tuvo ese resultado, o al menos eso le dijeron.

Una de las habitaciones en las que están confinados los menores en Malta

Porque una vez en el avión, un policía le requirió que bajara explicando que había habido un error y que su resultado era, en realidad, positivo. Y fue aquí donde comenzó el calvario para este chico de 14 años que desde ese día está confinado junto a otros estudiantes y la persona de la academia que les acompañaba, y que según relata la familia, es la única que está pendiente de ellos y les mide la temperatura para saber cómo están.

Y es que, como denuncia la madre de este joven, “no les dan ni paracetamol, ningún médico va a atenderles, nadie les presta atención”. El único contacto que tuvo el pequeño con el Gobierno de Malta fue una llamada para comunicarle que iba a estar 15 días de cuarentena. Nada más. De hecho, “no han limpiado las habitaciones y la comida, de mala calidad, se la dejan en la puerta en bolsas”. Nadie ha entrado en ellas desde ese 12 de julio. Y lo único que han recibido para lavar su ropa es "una pastilla de jabón". “A veces les dan un golpe en la puerta para recoger la basura, pero no es todos los días”, señala esta madre. Muchos de estos jóvenes están confinados sin tener síntomas, e incluso sin haber dado positivo, solo por tener contacto estrecho. La solución, en otros países, es realizar pruebas PCR para poder detectar los que todavía tienen Covid-19, “pero el Gobierno maltés no va al hotel”, lo que impide de facto que las autoridades permitan desbloquear la situación.

Actualmente, los menores que siguen allí confinados están en una planta baja, denominada planta Covid. Según los datos de la familia, son entre 60 y 80 los adolescentes ahora mismo encerrados en unas habitaciones que, en algunos casos, dan directamente a una pared, por lo que no tienen ni buena ventilación, algo fundamental para evitar que el virus se propague en el caso de los que están contagiados.

Aunque “el palo más duro” fue el 19 de julio. Durante el último fin de semana la esperanza había llegado a esta familia cántabra en forma de repatriación. La persona que atiende a los adolescentes del grupo del niño cántabro les comunicó vía email que era necesario firmar unas cartas de repatriación para que el joven pudiera viajar el lunes o el martes. Las gestiones se hicieron todo lo rápido que se pudo, “y en teoría el vuelo salía” ayer martes, 20 de julio, tanto si era positivo como negativo. Pero el día anterior les comunican que “los vuelos son solo para casos negativos que hayan tenido contacto directo”. Y dada la confusión habida con la situación del adolescente cántabro, no era el caso.

Y tampoco hay seguridad de que los menores que en teoría iban a salir lo hayan podido hacer. Según Sanidad, hay otros tres cántabros confinados que volarían para España, pero “no han salido”. En todo caso, desde el Ejecutivo les han comunicado que “los menores tienen derecho a estar acompañados”, y no en la situación de desamparo en la que se encuentran. El día 26, en teoría, termina el confinamiento. Pero ese día tendrán que someterse a otro test de antígenos, “y si da positivo, serán otros 15 días de confinamiento”.

Una de las habitaciones en las que están confinados los menores en Malta

Por todo ello, tanto la madre de este joven cántabro como otros padres del grupo están organizando un viaje para el fin de semana con el fin de acompañar a sus hijos en ese día y estar con ellos en caso de que el confinamiento se alargue. “No tenemos fecha de que los niños vayan a salir de allí”, relata la madre del afectado.

Y ante esta situación, ¿qué se hace desde el Gobierno? Como ha explicado a este diario, han intentado absolutamente todo. Han escrito comunicaciones, han llamado, han intentado hablar con embajadas, pero no ha habido una respuesta clara. “La embajada nos dice que intenta solucionarlo, pero cuando pedimos que se identifique la persona que nos habla, no nos dan nombre ni cargo”, critica esta madre que reconoce que “estamos desesperados” porque no saben “qué va a pasar con ellos”.

“Esto es la Unión Europea, en ningún país está pasando algo así”, denuncia, indicando que “psicológicamente están tocados”. Sus tardes, como relata, son eternas, pues entre el calor, la falta de atención, la “comida pésima” y el hecho de no poder salir de sus habitaciones, el tiempo parece pasar a cámara lenta.

Y viendo lo que está ocurriendo con estos estudiantes menores de edad, es inevitable no recordar lo ocurrido en Mallorca, cuando los jóvenes fueron confinados en el hotel después de casos positivos por acudir a fiestas. Pero a ellos “se les trasladó, ¿y con nuestros hijos no puede hacerse?”, se pregunta esta madre.

El calvario de un cántabro de 14 años confinado por Covid en un hotel de Malta sin...
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