jueves. 25.04.2024

La Guardia Civil de La Rioja ha desmantelado una banda que explotaba a ciudadanos portugueses como temporeros en condiciones de "semiesclavitud", según informa el periódico La Rioja.

Las personas captadas por los detenidos, que también son de Portugal, captaban en el país luso a personas, sobre todo varones, en riesgo de exclusión social y con poca cualificación y los llevaban hasta la comunidad riojana, donde los hacinaban en viviendas de alquiler con unas “pésimas condiciones de higiene y salubridad”.

Los temporeros vivían hacinados en viviendas de alquiler con unas pésimas condiciones de higiene y salubridad

Estos temporeros trabajaban 10 horas al día por las que cobraban 50 euros, pero de esos 50 euros la organización les descontaba cantidades “importantes” por alojamiento, comida, tabaco, alcohol y transporte. Por lo que su sueldo final era de 15 euros “o menos”.

Además, estas personas, como relata el medio riojano, estaban sometidas a normas estrictas, tanto en lo laboral como en lo personal. Así, en algunos casos tenían prohibido hablar con sus familiares y eran amenazados si intentaban dejar el trabajo o denunciar su situación.

En la operación han sido detenidos tres ciudadanos portugueses, todos ellos residentes en La Rioja. Uno de ellos era el responsable de la trama, quien se ocupaba de captar a los trabajadores y llevarlos a La Rioja, mientras que los otros dos se ocupaban del control y la vigilancia de los trabajadores. A los tres se les imputa un delito contra los derechos de los trabajadores.

CINCO MESES DE INVESTIGACIÓN

Las investigaciones de "operación FIMDEL" comenzaron en junio, cuando la Guardia Civil detectó en La Rioja al cabecilla de la banda, un hombre bien conocido por los agentes por esta actividad, por la que ya ha sido detenido en otras ocasiones tanto en La Rioja como en el País Vasco.

El seguimiento de esta persona, y otras pesquisas, llevaron a la localización de los dos inmuebles en los que se hacinaban unas 40 personas. Su presencia, además, creaba conflictos en las localidades en las que habitaban porque se comportaban "de manera totalmente incívica con el resto de la población sin respetar unas mínimas normas de convivencia".

Todos los días, sobre las siete de la mañana, unas furgonetas acudían a buscarles y los distribuían por diferentes explotaciones agrícolas de la región.

Cae una red de explotación de temporeros que pagaba 15 euros por 10 horas de trabajo