jueves. 25.04.2024

Mucho se ha hablado de la telecabina del Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Su retraso, de casi ocho meses, ha despertado las suspicacias de políticos, profesionales y la sociedad en general. Pero finalmente ya ha entrado en funcionamiento. Lo ha hecho en un acto en el que no ha faltado nadie, o casi nadie. El consejero de Industria, Innovación y Turismo, Francisco Martín; representantes de la empresa concesionaria, Accsa; el director del proyecto para Cantur, Roberto Cayón; alcaldes de los municipios afectados y numerosos invitados han probado, por primera vez, una de las 60 cabinas distribuidas en dos líneas, una de ellas prácticamente única en el mundo.

Así lo ha destacado Cayón, quien ha destacado los “muchos meses de duro trabajo” y la dificultad para instalar los pilones sobre los que se distribuyen los raíles y las telecabinas. Pilones integrados en el entorno y que no dificultan el disfrute del parque. En este sentido, además de una “atracción turística” que el consejero espera que tenga “éxito técnico, turístico y económico”, es un “medio de transporte muy silencioso y respetuoso con el medio ambiente”.

El viaje se realiza en completo silencio, salvo por los comentarios de otros visitantes o el ruido propio de la infraestructura al llegar a uno de los pilones

Desde luego, el viaje se realiza en completo silencio, salvo por los comentarios de otros visitantes o el ruido propio de la infraestructura al llegar a uno de los pilones. Pero eso no impide disfrutar de una vista de pájaro de Cabárceno, logrando una perspectiva única de los animales y su entorno.

Para el visitante es una experiencia interesante poder disfrutar, por ejemplo, de los elefantes en zonas de su recinto a las que no solo no se puede llegar en coche, sino que ni siquiera se pueden ver al nivel del suelo.

Recinto de los elefantes visto desde la telecabina

Lo mismo podría decirse de los osos. La vista desde la telecabina permite, por ejemplo, ver sus movimientos cuando se acercan en grupo, cuando corren o simplemente cuando descansan. Y todo ello al mismo tiempo que se ve al resto de visitantes junto a las vallas, lo que ofrece una sensación muy cinematográfica.

El proyecto de la telecabina se divide, en realidad, en dos partes. Por un lado, una línea recta que va desde una estación motriz situada junto a los rinocerontes hasta el llamado ‘Intercambiador de los osos’. Cuenta con 22 telecabinas, una de ellas con suelo de metacrilato que puede llegar a generar una notable impresión.

En dicho intercambiador, a 60 metros sobre el Lago Sexta, se tiene acceso a la otra línea, “peculiar porque es en triángulo”, lo que no solo la convierte en un proyecto “muy singular, pues hay muy pocas en el mundo”, sino que es única por el tamaño que tiene.

La estación motriz en este caso está junto al recinto de los elefantes. La línea circula en sentido antihorario, cubre una distancia de 1,6 kilómetros y un desnivel de 160 metros. La segunda estación de este triángulo está en el llamado ‘Mirador Rubí’, desde el que se puede ver Santander. Aquí también se puede disfrutar de una telecabina panorámica con el suelo transparente.

Según los datos ofrecidos por Cayón, la infraestructura puede llegar a alcanzar los 18 kilómetros por hora, trasladando a unas 1.200 personas a la hora.

Los primeros visitantes han comenzado a llegar a partir de las 12:30 horas, pero antes los invitados han podido acceder a estas telecabinas desde las que se pueden ver algunos de los animales más importantes.

Cabárceno desde el aire
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