viernes. 19.04.2024

La tradición pesquera y la industria conservera de Cantabria la sitúan en el mapa gastronómico como potencia mundial en la elaboración de pequeños manjares marinos como las anchoas. Veneradas allá donde vayamos, encontrar este producto con sello del mar cantábrico es sinónimo de disfrute para el paladar. La más conocida es la anchoa de Santoña, abanderada por el presidente Miguel Ángel Revilla, nacida y elaborada en una localidad dedicada a la mar.

La anchoa de Cantabria es un producto de alta calidad, con unas materias primas excelentes y que son sometidas a un minucioso y cuidado trabajo por parte de las trabajadoras de la industria conservera. Del mar a la boca, el secreto de esta delicia internacional está en el mimo con el que se trata al producto, desde los pescadores que faenan en la mar con largas y costosas jornadas de trabajo para acercarnos los tesoros que nos ofrecen las aguas que bañan la región, hasta las profesionales conserveras que con gran destreza evisceran y limpian la anchoa con una elaboración artesanal, tal y como lo hacían las generaciones predecesoras.

Su intenso sabor y textura las diferencian del resto del mercado y la han hecho ganadora de numerosos premios internacionales. Las tradicionales ferias gastronómicas las pasean por la región, donde se puede ver a pie de calle lo que no es otra cosa que arte culinario, el delicado proceso de su elaboración.


 

La anchoa, un manjar culinario convertido en arte a base de destreza y mimo
Comentarios