jueves. 28.03.2024

El acusado de acuchillar a otro por la espalda cuando éste entraba a su casa de vuelta del trabajo ha manifestado este martes, en el juicio celebrado contra él, que no recuerda lo sucedido, que tan solo que acudió a la vivienda de la víctima a buscar la correspondencia que le dejaban en los buzones del edificio, en Castro Urdiales, y que al día siguiente estaba en la calle, en Santander, que se encontraba mal, por estar bajo los efectos del alcohol, pastillas y "dos porros", y le llevaron en ambulancia al hospital.

Sin embargo, el procesado, que se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel solicitada por la fiscal, se ha mostrado arrepentido por lo ocurrido y ha pedido perdón. "Estoy muy arrepentido del daño que he causado. Lo siento mucho. Quisiera que esas personas me perdonaran. No estaba muy consciente", ha declarado al término de su interrogatorio, en el que tras las primeras preguntas del Ministerio Público ha indicado que solo iba a responder a las de su abogada, aunque finalmente ha contestado a alguna más, de la Fiscalía y letrados de la acusación particular.

Durante la vista oral, que ha tenido lugar en la Sección Tercera de la Audiencia de Cantabria y que ha quedado vista para sentencia, el acusado se ha mostrado conforme con algunos de los hechos que le imputan, pero no con todos. Es más, ha asegurado que no recuerda lo sucedido, sobre las 23:45 horas del 10 de mayo del año pasado, y ha apuntado que se enteró de lo que había pasado porque lo leyó en el periódico.

Solo se acuerda, según ha señalado, de que fue al domicilio del agredido, al que conocía desde pequeño pues se habían criado "juntos", a recoger cartas que le dejaban en el piso, ya que tiempo atrás había vivido durante unos meses en casa de la víctima, ambos de nacionalidad cubana, y en ese momento estaba empadronado en la vivienda de unos vecinos del bloque.

El acusado, que padece trastorno mixto de la personalidad y ansioso depresivo por el que sigue un tratamiento, ha precisado que la tarde-noche de los hechos quedó con su hijo y estuvieron en un bar, en el que se tomó "unas cuantas cervezas". Tras esto, le llevó en coche hasta su casa y después fue a buscar la citada correspondencia. Esto es "lo último" que recuerda, y "lo siguiente", que al día siguiente estaba "mal" en Santander y que le llevaron al hospital.

A preguntas de la defensa, ha relatado que días antes de la agresión, -en la que también resultó herido el hermano de la víctima al intentar defenderle-, había recibido el alta en Psiquiatría, pues había estado ingresado tras intentar quitarse la vida. También ha apuntado que en el momento de los hechos se estaba divorciando y que dormía en portales y cajeros, por lo que "siempre" llevaba un cuchillo encima, "por temor" a que le pasara algo.

VÍCTIMAS Y TESTIGOS

Por su parte, la víctima -así como su hermano, y el resto de familiares que fueron testigos de lo ocurrido- han corroborado la relación de amistad con el acusado, que según han coincidido le había amenazado de muerte con anterioridad.

"Te voy a hacer tiritas (matar)", había dicho al principal agredido, que ha agregado al respecto que también le había comentado que "a toda mi familia la tenía entre ceja". Según ha detallado, la amenaza se produjo "en varias ocasiones", una de ellas en torno a un mes antes de la agresión, cuando fueron a verle al hospital donde estaba ingresado, y donde le reprochó que "andara" con su exmujer, esto es, que mantuviera una relación sentimental con ella.

"Eso es irreal", ha zanjado la víctima, que había alertado de las amenazas a la Guardia Civil. También ha negado que recibiera correspondencia en su edificio, pues ya no vivía allí.

En cuanto a los hechos en sí, ha detallado que salió del trabajo y fue a su domicilio, entró en el portal y subió las escalaras hasta el primer piso, sin ver u oír nada. Pero cuando estaba abriendo la puerta de su casa, sintió que alguien se abalanzaba sobre él diciéndole "hijo de puta, ¡toma!", y notó que le habían "pinchado" por la espalda.

Al pedir auxilio, salió su hermano, pero el agresor seguía "tirando puñaladas" ya en el interior del domicilio, donde también estaban la esposa y la hija del agredido, y donde a su juicio pretendía "hacer el mayor daño posible".

Todos los presentes han coincidido en que el procesado portaba un cuchillo grande, de "hoja larga", y que no se le podían quitar, pues le llevaba "atado" o "amarrado" con algo a la mano. También han señalado que "no olía a alcohol" y que estaba "muy firme" y "normal, como siempre". "Sabiendo lo que estaba haciendo", ha aseverado la mujer, para quien había ido a casa "a matar a todo el mundo. Quería acabar con toda la familia".

El hermano de la víctima, que también sufrió heridas -tuvo que ser operado de los tendones- ha asegurado que les resultó "difícil" reducirle porque es "muy fuerte", y aunque él cogió otro cuchillo (de sierra, de los que se usan para cortar pan) con el ánimo de defenderse, cuando lo hizo el agresor ya había salido de la vivienda. Aun así, salió portándolo hasta el portal, donde se encontraba su sobrina e hija de la víctima, que había salido a buscar ayuda.

La chica ha asegurado que, al tropezarse con ella en la entrada del edificio, vio al acusado con la cara manchada de sangre y el cuchillo usado en la mano, y ha añadido que le dijo que "se la tenía que cobrar a mi padre".

El hijo del procesado se ha acogido a su derecho a no declarar, mientras que su madre y exmujer del supuesto agresor sí lo ha hecho, manifestando también que la había acusado de estar con la víctima, cuando ella "nunca" ha mantenido ninguna relación con otro hombre que no sea de amistad. También ha corroborado las amenazas de su ex, que en su opinión "estaba muy mal de la cabeza".

VISTO PARA SENTENCIA

Tras la declaración del imputado, los testigos y los peritos -que han concluido que el relato del acusado tras lo sucedido fue "bastante lógico y claro" y que aunque padece un trastorno "sabe perfectamente lo que hace y lo que ocurre"- las partes han elevado a definitivas sus conclusiones y el juicio ha quedado visto para sentencia.

Así, la fiscal mantiene que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato en grado de tentativa, otro de lesiones y un tercer delito de allanamiento de morada, por lo que pide una condena de 15 años de cárcel, 10 de libertad vigilada, 27 de alejamiento del hombre al que pretendía matar y 15 de alejamiento de su hermano.

Además, pide una indemnización de 8.934 euros para el principal agredido y 8.722 euros para su hermano, por las lesiones, secuelas y perjuicio estético que ambos sufrieron.

El acusado de acuchillar a otro por la espalda pide perdón a pesar de no recordar nada