sábado. 20.04.2024

La acusada de decapitar a su pareja en Castro Urdiales, Carmen Merino, ha negado que entregara una caja con la cabeza de la víctima, Jesús María Baranda, a una amiga suya para que se la guardase en su casa, sino que, ha indicado, le dio un paquete en el que tenía juguetes sexuales, pero no el cráneo: "No, en ningún momento".

Así lo ha zanjado este lunes a preguntas de su abogado en el juicio con jurado que se celebra esta semana y la próxima en la Audiencia Provincial de Cantabria, y en el que se ha negado a contestar al fiscal y a la letrada de la acusación particular, ejercida por los hijos de la víctima, porque -ha dicho- no confía en estas partes.

En su declaración, que se ha prolongado durante hora y media y que continuará el martes, ha situado la desaparición de su compañero sentimental el 21 de febrero de 2019, una fecha que "no se me olvidará nunca", y que supone aproximadamente una semana después del día en que se ha considerado que se produjo la muerte.

Merino, que se enfrenta a 25 años de cárcel por asesinato que pide el ministerio público y a prisión permanente revisable que reclaman los familiares, ha indicado que Baranda se fue de viaje con unos amigos y ha señalado que le volvió a ver "el 10 de marzo", cuando según ha dicho, regresó a la vivienda en la que ambos convivían desde hacía años con "mal aspecto", "descuidado", y "muy nervioso" también. "Fue muy surrealista", ha manifestado al respecto, para aseverar a continuación que se llevó dinero -"12.000 euros" que estaban "en el trastero", dentro de la casa- y volvió a marcharse con sus amigos, que le estaban "esperando", y que se iba de "excursión" con ellos y que "ya volvería". "Por más que insistió y lloré, fue la única explicación que tuve", ha apuntado la enjuiciada.

En otros momentos del interrogatorio, ha señalado que el hermano del fallecido -y cuyo cuerpo aún no ha sido encontrado- tenía llaves de acceso al domicilio de la pareja, en la calle Padre Basabe de la localidad cántabra, en el momento de la desaparición, y después también la amiga a la que le entregó la caja. Asimismo, ha indicado que esta mujer, que iba a verla "muy a menudo", también usó "en varias ocasiones" un ordenador que había en la vivienda, cuyas claves de acceso -ha dicho- estaban apuntadas en un post-it pegado al monitor, y ha señalado al respecto que lo usaba para chatear o hacer búsquedas.

En este último sentido, ha negado que ella consultara cuestiones relacionadas con el cobro de la pensión ante una desaparición o cuánto tiempo tarda en descomponerse un cadáver. De esta testigo, clave en el caso y que está previsto que declare el martes, Merino también ha afirmado que le "tiraba los tejos" a Baranda, con lo que "le ponía en una situación muy incómoda", ya que "quería mantener alguna relación" con él, extremo que ha dicho no saber si se llegó a producir.

La acusada del crimen de Castro afirma que en la caja había juguetes sexuales, no el...
Comentarios